Un jurado enjuicia desde este lunes a un acusado de asesinar a un hombre y su hijo por un televisor

Un jurado popular enjuicia desde este lunes y hasta el próximo 24 de mayo en la Audiencia Provincial de Granada a un hombre de 34 años acusado de asesinar en la zona norte de la capital a dos vecinos, padre e hijo, tras una discusión desencadenada a raíz de un televisor que había prestado a una de las víctimas, hechos por los que se enfrenta a una petición fiscal de 38 años de cárcel.

El Ministerio Público atribuye al acusado, identificado como Israel G.R. y en prisión provisional por esta causa, dos delitos de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas, toda vez que “carecía de cualquier licencia o permiso que le habilitara para la posesión” de la pistola semiautomática que supuestamente usó para quitar la vida a estas dos personas.

La acusación particular, que representa a las dos viudas y otro herido más, imputa al procesado dos delitos de asesinato, otro más en grado de tentativa y tenencia ilícita de armas, por los que solicita un total de 51 años de prisión, además de indemnizaciones de 150.000 euros para cada una de las esposas de los fallecidos, según han informado a Europa Press fuentes de IFS Abogados, que ejerce esta acusación.

Según consta en el escrito de acusación provisional de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos ocurrieron el pasado 28 de febrero de 2012 en los pasillos de un edificio situado en el número 1 de la plaza Rey Badis, donde se inició una discusión entre el acusado, una de las víctimas, Joaquín J.P. de 34 años, y el hermano de este último, los cuales vivían en el mismo edificio.

El motivo era un televisor que el procesado, Israel G.R., había prestado a Joaquín J.P., y que quería que le devolviese, por lo que la discusión fue subiendo de tono hasta que el inculpado le dijo expresiones como “tú a mi no me conoces” y “te tengo que matar, os vais a tener que ir a Barcelona”, tras lo que se separaron los tres vecinos.

Poco tiempo después, sobre las 16,45 horas, el hermano de la víctima acudió a su domicilio y cuando ambos abandonaron el piso e iban bajando las escaleras, Israel G.R. salió de su casa y en el rellano volvió a dirigirse a Joaquín para decirle “vas a tener un problema conmigo, esto no va a quedar así, te tengo que matar”.

Los hermanos no hicieron caso a estas palabras, bajaron las escaleras y cuando estaban ya en el portal del bloque dispuestos a salir a la calle, el procesado les dijo que esperaran para hablar “como los hombres”.

En ese momento se dieron la vuelta y “de forma totalmente sorpresiva”, Israel G.R. realizó siete disparos contra Joaquín desde el otro extremo del pasillo, a unos cuatro metros de distancia, y con “intención de acabar con su vida”. Para ello, usó una pistola semiautomática de calibre 9×19 y con número de serie LAC 932, el cual había sido borrado.

Dos de los disparos alcanzaron a Joaquín, uno en la parte superior del hombro izquierdo y el otro en la espalda, afectando a órganos vitales como el pulmón y la arteria aorta, por lo que murió en el acto.

Al darse la vuelta, el acusado se encontró al hermano de la víctima y al padre, Joaquín J.L. de 64 años entonces, que también vivía en el mismo edificio y al que disparó por la espalda con la intención de acabar con su vida. Una bala le alcanzó en el glúteo de la pierna izquierda y le desgarró la femoral, llegando a salir por el muslo de la misma pierna.

El hombre fue trasladado al Hospital San Cecilio, donde falleció horas después a consecuencia de las heridas producidas por el disparo.

En el registro practicado en el domicilio del acusado se hallaron un total de 462 cartuchos metálicos de diversos calibres, 78 cartuchos semimetálicos, tres cartuchos de salva, cuatro vainas, dos cananas, seis cargadores y una pistola detonadora marca BBM.

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