El Juzgado de lo Penal 4 de Granada acoge este lunes el juicio contra un hombre de 34 años acusado de agredir a su tío, de 56, tras discutir con él lanzándole una piedra a la cabeza en un cortijo ubicado en la localidad alpujarreña de Cáñar (Granada).
La Fiscalía pide para él una condena de tres años y tres meses de prisión por un delito de lesiones y otro de amenazas, además de prohibición de comunicación y aproximación por tiempo de seis años a su tío, para el que solicita además una indemnización de 240 euros por las heridas ocasionadas.
Según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se remontan al pasado 23 de mayo, cuando el inculpado inició una discusión con su tío, al que lanzó una piedra que le impactó en la cabeza causándole una herida por la que tuvo que ser atendido y recibir ocho puntos de sutura.
Al producirse la agresión, la víctima huyó del lugar, si bien su sobrino continuó lanzándole piedras a la vez que le decía que se marchara de su finca, que “lo tenía que matar”.
Se da la circunstancia de que a su vez, el sobrino ha denunciado a su familiar por los daños causados el mismo día de la supuesta agresión por un caballo de su propiedad en su finca.
Según han informado a Europa Press fuentes del caso, el denunciante asegura que en la noche del 23 de mayo el caballo de su tío, que se vuelve “loco y muy agresivo”, rompió una valla, el cercado, mordió a otro caballo, y montó a sus tres yeguas. De hecho, según el sobrino, cuando el animal, que está entero (no capado), está solo, es un “peligro” y se enfrenta a él mismo y a su familia.
Sobre la agresión que le achaca su tío, el sobrino sostuvo ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Órgiva que él sólo le reprochó los daños ocasionados por el caballo.
De hecho, afirmó ante el juez que, pese a que su tío le dijo que podría pagarle los daños porque disponía de un seguro, él le respondió que no quería su dinero, que cogiera su caballo y se fuera. Además, consideró que las heridas que presentaba su tío en la cabeza se las tuvo que hacer precisamente el animal desbocado.