El hallazgo de restos óseos y de armas de fuego en las catas arqueológicas que se han realizado en el Barranco de Víznar ha recaído para su investigación en el Juzgado de Instrucción número 2 de Granada, después de que la Junta de Andalucía trasladara a los tribunales los resultados de estos trabajos que han llevado además a la delimitación de cinco fosas comunes de posibles víctimas de la Guerra Civil en la zona.
Según han informado a Europa Press fuentes judiciales, la investigación podría ser sin embargo trasladada a otro juzgado, puesto que el de Instrucción 2 recibió el caso al encontrarse de guardia el día en que la Administración Autonómica le informó de lo encontrado.
Según informó el pasado 30 de julio el director general de Memoria Democrática, Luis Naranjo, la denuncia formal pide al juez que “se dé por enterado” y, si procede, “intervenga de lo que es una muestra de violencia generada por un poder público de forma sistemática” durante el golpe franquista, siendo la primera vez, según dijo, en que una institución pública traslada este asunto a los tribunales.
Las catas arqueológicas fueron impulsadas por la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía a petición del Ayuntamiento de Víznar, en un lugar que se encuentra a unos 800 metros del Parque Federico García Lorca, en el que se excavó en 2009 en busca de los restos de los fusilados junto a Federico García Lorca, que culminó en diciembre de ese año sin que se hallaran evidencias de fosa alguna o siquiera una esquirla de hueso.
Durante los trabajos se ha perforado en once zonas y en cinco de ellas se han encontrado restos óseos y restos de armas de fuego, aunque no existe apenas documentación sobre las personas fusiladas, según ha detallado el arqueólogo encargado de la coordinación de las tareas, Iván Sánchez.
De acuerdo a las fuentes bibliográficas obtenidas y a los testimonios recopilados, se ha podido determinar que tras el alzamiento, Granada quedó aislada de la zona sublevada, por lo que se ordenó al capitán José María Nestares Cuéllar que se pusiera al mando de una columna de soldados falangistas para detener el avance enemigo.
Esta columna de soldados fue recorriendo Pulianas y Nívar hasta la ocupación de Deifontes, para trasladarse luego a la zona de Alfacar y el Fargue, de modo que se fue constituyendo un sector militar que comprendería, entre otros, al pueblo de Víznar.
Otro lugar importante fue el conocido como edificio de las Colonias, dado que allí solían ir a veranear escolares granadinos, los cuales fueron desalojados el 1 de agosto de 1936 para usar este lugar como prisión provisional, donde los presos pasaban unas horas antes de ser fusilados, como fue el caso de Lorca.
Todo apunta, según los expertos, a que los primeros enterramientos se produjeron en la zona de Puerto Lobo y luego se trasladaron a zonas de Alfacar, como el Caracolar y el campo de las Pepinas, y finalmente al barranco de Víznar, donde se produjo el mayor número de fusilamientos y enterramientos en fosas comunes.