El Granada CF afronta su temporada más ambiciosa en Primera

El Granada CF afronta su tercera temporada consecutiva en Primera con el objetivo más ambicioso desde que regresó a la máxima categoría, el de aspirar a cotas más altas que la mera permanencia tras mantenerse con estrecheces en los dos ejercicios anteriores.

Para ello, Quique Pina, presidente de la entidad, ha otorgado su confianza en el técnico local Lucas Alcaraz, el preparador que la pasada campaña provocó la reacción de un equipo abocado al descenso, en una segunda vuelta liguera más que digna.

Después de que en las dos temporadas anteriores en Primera cayeran a mitad de Liga Fabri González y Juan Antonio Albacete ‘Anquela’, el éxito del plantel en este curso dependerá, en gran medida, de que los resultados acompañen a Alcaraz, socio del Granada desde hace décadas y granadinista confeso que pretende ser profeta en su tierra.

El técnico dirige una plantilla cambiada, un equipo que se ha reforzado en ataque pero que en el resto de líneas ha perdido a jugadores que han sido los últimos meses auténticas referencias y que no han sido sustituidos por futbolistas contrastados.

A las marchas de Recio, Nolito o Torje se pueden unir antes de que concluya el mercado estival de fichajes las del lateral brasileño Guillerme Siqueira o el centrocampista Mikel Rico, los jugadores más regulares de las campañas precedentes que cuentan con varias ofertas importantes y por cuyos traspasos la entidad espera ingresar más de diez millones de euros.

Los esfuerzos inversores de Pina han estado centrados en buscar gol, principal lacra del equipo desde que regresó a Primera, por lo que ha apostado por dos ‘viejos rockeros’ nacionales que la pasada campaña se salieron en sus anteriores equipos: Iván Sánchez Rico, ‘Riki’ (Deportivo de la Coruña) y Francisco Medina, ‘Piti’ (Rayo).

Además, el dirigente ha asegurado la permanencia de tres jugadores que deben marcar las diferencias en el equipo de mitad de campo hacia arriba: el marroquí Youssef El Arabi, el argentino Diego Buonanotte -ambos demasiado irregulares el curso anterior- y el franco-argelino Yacine Brahimi, propiedad ya del Granada tras pagar cuatro millones de euros al Rennes francés.

El resto de refuerzos son incógnitas por despejar por su juventud e inexperiencia en Primera: el central colombiano Jeison Murillo, que estaba cedido en Las Palmas, el lateral brasileño Douglas Santos, el polivalente galo Alexandre Coeff o los extremos Álvaro García y Migue García, ninguno de ellos mayor de 22 años.

La lista de incorporaciones se completa con dos garantías fiables: el meta griego Osteris Karnezis, considerado el mejor de su país que llega para hacer competencia a Roberto tras la marcha al Elche de Toño, y el medio chileno Manuel Iturra, incorporado a coste cero tras una gran campaña en el Málaga.

El capítulo de llegadas, no obstante, aún no está cerrado, y antes de que se cierre el mercado se espera a nuevos jugadores, más aún si al final salen Siqueira y Mikel Rico, principalmente un lateral, un centrocampista y un extremo.

No son fichajes, aunque Pina habla de ellos como tales, tres futbolistas que la pasada campaña apenas pudieron jugar, o ni siquiera lo hicieron, y de los que se espera mucho esta temporada tras estar ya recuperados de sus problemas físicos: el extremo Dani Benítez, el centrocampista Fran Rico y el medio argelino Hassan Yebda.

La pata del banco que parece haber fallado este verano al dirigente rojiblanco es la de la afición, puesto que la campaña de socios no ha funcionado como se esperaba y la entidad ha reducido casi en un tercio su número de abonados.

Con el filial en Segunda B, el equipo femenino en Primera -en ambos casos por primera vez en su historia-, las cuentas saneadas y a punto de iniciarse la construcción de su propia ciudad deportiva, el Granada CF vive un momento dulce que espera ratificar con un nuevo paso delante de su principal equipo en Primera.