El sargento Francisco Toro, jefe del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil destacado en Sierra Nevada (Granada), se quedó de una pieza cuando el 20 de febrero de 1992 fue requerido por un grupo de militares ingleses con base en Gibraltar para rescatar el cuerpo sin vida de su capitán, Frank Galiano, sepultado por un alud en el Pico del Veleta.
El sargento contactó rápidamente con sus superiores que, incrédulos, le pidieron que confirmara la información. Así lo hizo.
Efectivamente, el grupo de soldados -una cuarentena- pertenecía al Regimiento de Gibraltar y según el Ministerio de Defensa español, que dirigía el ministro Julián García Vargas, “de la actividad de los soldados ingleses en Sierra Nevada, no habían sido informados”.
No pensaba lo mismo el Ministerio de Defensa británico que, por medio de otra nota, afirmaba que el entrenamiento de los soldados del Regimiento de Gibraltar contaba con la aprobación del Gobierno español”, y se extrañaba de que el embajador del Reino Unido en España, Robin Feam, hubiera sido convocado por el Ministerio de Asuntos Exteriores español para pedirle explicaciones.
Poco después los británicos señalaban que “era una actividad de ocio normal en el destacamento” el ir a esquiar a Sierra Nevada, y el portavoz ministerial remataba: “indudablemente, no pueden esquiar en Gibraltar” y que “los soldados recibían clases de monitores españoles de la estación invernal”.
El ministro García Vargas dijo a los periodistas que “la presencia de los soldados británicos en Sierra Nevada fue una situación bastante anómala que no se nos había comunicado” y precisó que “no se trataba de los habituales ejercicios deportivos de países aliados”.
El entonces CESID, que dirigía el teniente general Emilio Alonso Manglano, tomó cartas en el asunto y, en un primer informe, afirmó que desconocía que soldados británicos hubieran cruzado la verja, lo que se interpretó como una bronca directa a los espías españoles que trabajaban en la delegación en Algeciras (Cádiz), y que era normal en La Línea de la Concepción (Cádiz) ver a militares británicos corriendo en la playa de la Atunara.
El capitán Leo Callow, portavoz de las fuerzas británicas en Gibraltar dijo al “Daily Telegraph” que el grupo no realizaba entrenamiento ni ejercicios militares en Sierra Nevada y el coronel británico Eddy Guerro afirmó que “durante el invierno salen grupos de soldados de Gibraltar para esquiar en Sierra Nevada, algunos acompañados de sus esposas”.
Ni el sargento Toro, ni ningún miembro o portavoz de la Guardia Civil dijo oficialmente nada.
Sacaron el cuerpo del capitán Frank Galiano, y se acabó.
Un reportaje de Miguel Ángel del Hoyo