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Las obras que el servicio de carreteras de la Diputación Provincial acomete para el tratamiento de taludes y bermas en la carretera provincial GR-3201 que une la A-4026 con la A-92 en La Peza llegan a su etapa final. Se trata de la mayor inversión que ejecuta actualmente con fondos propios la institución la cual ha destinado un presupuesto de un millón de euros a este proyecto cuyos pormenores han sido revisados personalmente por el presidente Sebastián Pérez durante una visita de trabajo en la que ha estado acompañado por la alcaldesa de La Peza, Celia Santiago.
Las primeras visitas institucionales que Sebastián Pérez realizó tras ser investido presidente de la Diputación fueron a La Peza y la principal preocupación que encontró entre los vecinos fue “la inquietud por esta carretera que se cortaba todos los inviernos y otoños como consecuencia de las lluvias”.
Con esta obra se da cumplimiento a una reivindicación histórica que no abordaron anteriores equipos de Gobierno. “Es una obra que se va a ir casi al millón de euros pero que soluciona un problema que tiene el municipio desde hace décadas”, ha especificado el presidente en referencia a “este problema” que ahora se verá solucionado y con él el acceso de vía rápida a la A-92. Se facilitará el poder “trabajar con absoluta normalidad” a “los más pequeños que tienen que ir a los institutos de Guadix” pero también “a las personas que tienen que salir de La Peza a diario por su responsabilidad profesional”.
Se trata de un tramo en el que la gran altura de los taludes producía inseguridad vial, habiéndose producido incluso accidentes graves por desprendimientos cuyo arreglo, pese a las reivindicaciones históricas del municipio, no había sido afrontado por la Diputación Provincial hasta este mandato. En época de lluvias, los desprendimientos y caída de las aguas provocaban un elevado riesgo para los usuarios de la carretera y, a largo plazo, el avance de la erosión en el sistema de drenaje podía acabar afectando a la estabilidad de grandes masas de terreno. Existía, así mismo, la imposibilidad de realizar tareas de mantenimiento adecuadas al ser las bermas existentes demasiado estrechas y estar desaparecidas en algunos tramos.
La solución proyectada al habitual desprendimiento de tierras ha contemplado el reperfilado de los taludes y el establecimiento de un camino permanente para el agua captada superficialmente de los arroyos mediante la construcción de unas bermas visibles protegidas con una solera de hormigón armado. Además de eliminar las causas de inseguridad vial, estas obras permitirán la realización de un mantenimiento preventivo.
En el transcurso de las obras, lo más destacable desde un punto de vista técnico ha sido la aparición de un estrato rocoso con una potencia superior a su apariencia a simple vista, habiéndose modificado el diseño inicialmente previsto para minimizar su impacto económico.
Por la diligencia técnica en la ejecución de este proyecto por parte de la delegación de Fomento y Obras Públicas, el presidente se ha declarado “muy orgulloso” y ha señalado que espera “compartir con la alcaldesa, Celia Santiago, y con todos los vecinos la gran fiesta que va a suponer la inauguración de esta vía” pues supondrá “que llevemos La Peza a la normalidad”.
Celia Santiago, por su parte, ha destacado que en buena parte de la década que lleva como alcaldesa “prácticamente a diario he tenido que enviar un escrito a la Diputación para hacerle saber de los desprendimientos y los riesgos que suponía esta carretera para los vecinos y cualquiera que tuviera que venir al municipio”. Por ello, la alcaldesa de La Peza se encuentra, según sus propias palabras, ante “un sueño hecho realidad”.
“En estos momentos de mayor dificultad económica, la Diputación ha apostado de una forma tremenda por cumplir de verdad este objetivo de nuestro municipio”, ha indicado Celia Santiago para quien éste es “el mayor problema que teníamos desde hace veinte años que se hizo esta carretera”.
El hecho de que la obra se ejecute con cargo a fondos propios de la Diputación le lleva a señalar que “valoramos más” el ejercicio de “sensibilidad y austeridad” de la institución que, según ha explicado, ha actuado “intentando quitar de otros sitios dinero que no era imprescindible para solucionar este problema histórico de incomunicación que ha venido sufriendo el pueblo de La Peza”.