Funcionarios de la Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsificación (Ucrif) perteneciente a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Algeciras (Cádiz) han detenido a dos individuos de origen subsahariano presuntamente encargados de tripular la patera interceptada el 10 de septiembre en las costas de Motril con mas de 70 inmigrantes a bordo. La autoridad judicial ya ha decretado el ingreso en prisión de los arrestados, M.S. de 25 años y S.D. de 28 años de edad.
Según ha informado la Policía Nacional en un comunicado, estas detenciones se han llevado a cabo en el marco de la operación ‘Indalo’, de carácter internacional y coordinada por la Agencia europea Frontex con la participación de numerosos países europeos, destinada a controlar el flujo migratorio y combatir la lucha contra la inmigración clandestina y la trata de seres humanos.
Los hechos se produjeron sobre las 15,35 horas del pasado día 10, cuando la embarcación de Salvamento Marítimo ‘Hamal’, divisa a unas 55 millas al sur de Motril (Granada), una embarcación semirrígida de unos diez metros de eslora, 2’5 metros de manga con motor, “bastante deteriorada”, en la que viajaban 70 personas, todas ellas indocumentadas y de origen subsahariano. De ellos, 46 eran hombres, 17 mujeres (dos de ellas en avanzado estado de gestación) y siete menores, de los cuales tres eran bebes y cuatro menores de ocho años.
El Juzgado 2 de Motril decretó el internamiento en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Algeciras y su anexo en Tarifa para todos ellos.
Tras diversas entrevistas con los ocupantes de la embarcación, se consigue determinar quienes eran los responsables de patronear la citada embarcación. Uno de los ocupantes manifestó que habían pagado por el viaje en patera unos 500 euros “a un subsahariano que trabaja para una organización marroquí, encargado de captar a los inmigrantes, por lo que al ser 70 personas, el beneficio de la organización por el viaje podría superar los 35.000 euros”.
La embarcación no contaba con ninguna medida de posicionamiento tales como bengalas, luces o linternas, todo ello unido a las condiciones cambiantes de la mar, por lo que se supone que durante la travesía debió existir “un riesgo real y efectivo para la vida de todos ellos”. Según las manifestaciones de los testigos, tal era el “hacinamiento” que sufrieron en la embarcación que se les quedaban dormidas las piernas durante la travesía. También afirmaban que no portaban chalecos salvavidas y que lo único que portaban en su defecto eran cámaras de neumáticos viejos.