Los concejales del Grupo Municipal Socialista han visitado esta mañana el barrio del Realejo, en concreto el Campo del Príncipe donde han denunciado que los contenedores soterrados y preparados para reciclar llevan más de un año sellados y sin poder ser utilizados por vecinos y hosteleros de la zona. La denuncia de los socialistas coincide con el nuevo impuesto implantado por la Diputación de Granada para cobrar una nueva tasa de reciclado, algo, que a juicio del concejal del PSOE, Miguel Ángel Fernández Madrid, “no tiene justificación alguna, y más en el Campo del Príncipe, donde los vecinos y dueños de negocios están pagando por un servicio que no reciben, ya que los contenedores están clausurados y sin uso”. Fernández Madrid apuntó que “esta situación se repite en muchos puntos de la ciudad, pero en el Campo del Príncipe es sangrante por la alta concentración de bares”. De hecho, añadió, se da la circunstancia de que “hasta los contenedores normales están llenos de basura que no se recoge según nos han criticado los propios residentes de la zona”. Para el socialista, “es paradójico que el alcalde haya dejado sus funciones en cuanto a reciclado de basura en manos del presidente de la Diputación de Granada, Sebastián Pérez, y es insultante que los granadinos tengamos que pagar más por un servicio de reciclado que en el caso del Realejo no existe por la carencia de contenedores”.
Escucha a Miguel Ángel Fernández Madrid
Por otro lado, el concejal del PSOE informó que su grupo municipal ha presentado al pleno un ruego para que el equipo de gobierno arregle el alumbrado público del parque del Cuarto Real de Santo Domingo, “destrozado por los actos vandálicos, y ahora, en peores condiciones que hace un mes cuando fuimos de visita de barrio”. Fernández Madrid destacó que la pasividad del alcalde “roza ya los límites de la desidia, porque a pesar de las numerosas denuncias vecinales, no solo en los medios de comunicación, también en sedes policiales, desde el Ayuntamiento no se ha movido un dedo por mejorar este espacio público al que los vecinos han renunciado porque no se puede estar”.