El escritor madrileño Benjamín Prado presenta este sábado en Granada su última novela ‘Ajuste de cuentas’ y el pequeño libro de relatos ‘Qué escondes de la mano’, con el que el autor “juega” a la metaliteratura, publicando lo que escribiría su ya habitual protagonista, Juan Urbano.
En un acto que comenzará a las 19,30 horas en el Hotel Hospes Palacio de los Patos, Prado hablará de este profesor que ha perdido su trabajo tras cometer “la ingenuidad” de haber pedido una excedencia y que recibe de pronto la oferta de una “mujer fatal” para escribir la novela de un conocido empresario, Martín Duque, que acaba de salir de la cárcel.
Relatar la historia de este personaje, inspirado en todos aquellos que se “enriquecieron” en la “España del pelotazo” y que eran entonces “modelos a seguir”, deja al protagonista en medio de la vieja tesitura de “si vender o no el alma al diablo”. “De aquellos lobos vienen estos polvos”, asegura en una entrevista con Europa Press Benjamín Prado, que continúa con esta novela negra la serie que arrancó, con Juan Urbano como protagonista, con ‘Mala gente que camina’ y siguió con ‘Operación Gladio’, y que espera que se prolongue hasta los diez libros.
Para el escritor, la diferencia entre aquella España, de Mario Conde, Javier de la Rosa, o Luis Roldán, es que “se tenía la sensación de que la justicia funcionaba”, pues todos tuvieron que pasar por la cárcel, incluidos altos cargos del Gobierno, los grandes bancos, y la Guardia Civil, mientras que ahora “cuando meten a un banquero un viernes en prisión sale al lunes siguiente y además al juez que lo encerró le abren un expediente y lo linchan en la plaza del pueblo”.
En su opinión, “con todo lo que está pasando”, la “gente está dando un ejemplo de temple extraordinario”, pese a que ve cómo su vida empeora cada día más “mientras otros cogen sobres, mandan fortunas a Suiza, se gastan las ayudas de los parados de Andalucía o el de los niños minusválidos en Palma de Mallorca”. Por eso, no le “extrañaría”, aunque no lo desee, abrir el periódico todos los días “con la noticia de doce cajeros quemados”, aunque considera que puede ser que las personas tengan miedo. “La gente tiene miedo a perder lo que tiene, sea lo que sea”, ha señalado Prado, para quien “la gente asustada no es la que se salva de ahogarse”.
El autor, que ha tratado el robo de los niños robados durante el franquismo y la Transición en sus dos anteriores novelas, y que ahora reflexiona sobre los orígenes de la crisis, está interesado en “contar las cosas que afectan a las personas normales” que es “de lo que se suelen olvidar el 80 por ciento de los políticos”. Recuerda que Balzac ya dijo que “la novela es la historia privada de los países” y asegura que conoce más de la industrialización de Inglaterra o de las Guerras Napeoleónicas por las obras de Dickens o Stendhal que por los libros de historia.
Además de la novela (editada por Alfaguara), Prado también publica ‘Qué escondes en la mano’, un libro con los relatos que “a Juan Urbano le hubiera gustado escribir”. “A mí me gusta mucho jugar, y si le quitas a la literatura esa parte de juego, se le está quitando algo importante”, ha apuntado Prado, que además quería enfrentarse a eso de “que el sector editorial está muy mal” y desafiar a lo que se ha denominado la crisis del papel.
Con prácticamente los mismos trabajos publicados en poesía que en novela, prefiere no decantarse por uno u otro género, porque siempre que escribe es “a partir de una idea” sobre la que quiere “decir algo”. “Lo que sí que me pasa es que cuando me viene una idea también sé el género”, ha sostenido, asegurando sin embargo que se divierte “mucho” escribiendo novelas, especialmente con esta última, que escribió en un año y medio.
Su último libro de poemas fue ‘Marea Humana’, de 2006, y ya prepara el que se será el siguiente después de siete años, y, aunque no se atreve a “pronosticar”, quizá lo acabe ya para publicarlo en este año, y “rizar el rizo”, teniendo a la vez en las librerías una novela, un libro de relatos y otro de poesía.