Evitar el agotamiento de los recursos micológicos, garantizar la protección de éstos y preservar la riqueza de las especies en el Parque Natural de la Sierra de Baza, son los principales objetivos de la ordenanza reguladora del aprovechamiento y recogida de setas en los montes públicos del término municipal bastetanos que se prevé aprobar en el próximo pleno ordinario.
La medida llega tras detectar prácticas abusivas en la recogida de setas que pueden provocar una sobreexplotación del bosque y perjudicar a algunas de las especies que crecen en él de forma natural. Así, tras la aprobación definitiva de la normativa, sólo se podrán recolectar setas previa autorización municipal y siguiendo un procedimiento. En el caso de que se detecten prácticas no permitidas se impondrán sanciones que podrían alcanzar los 3.000 euros en los casos más graves.
El presidente del área de Fomento y Medio Ambiente, José Luis Castillo, ha explicado que “la Sierra de Baza ha sido desde siempre una fuente de recursos para las gentes de Baza y si queremos seguir disfrutando de todo lo que nos ofrece este espacio es necesario impedir las prácticas abusivas que pueden desequilibrarlo y lo ponen en peligro. La preservación de los valores y recursos de nuestro Parque Natural depende del uso que hagamos de él ahora, de ahí que tengamos que establecer un conjunto de medidas generales que contribuyan a su preservación, en este caso de las setas”.
La nueva normativa identifica las especies que se pueden recolectar y establece tres tipos de aprovechamiento micológico, el recreativo, comercial y el científico- didáctico, y en función de cada uno de ellos se establecen unas normas.
Las principales restricciones se refieren al procedimiento de recogida que debe garantizar el equilibrio del ecosistema y la persistencia de las especies. Quedará prohibida la utilización de utensilios que dañen el monte, como rastrillos, la alteración de la capa superficial del suelo, la emisión de ruidos y de gases, la recogida durante la noche o en lugares de reserva, entre otros, y utilizar recipientes que permitan la aireación y diseminación de las esporas. Se tendrán que respetar los ejemplares inmaduros, pasados o rotos y las especies no comestibles que, aunque no tengan una utilización culinaria cumplen sus funciones en el ecosistema.