La casa de Frasquita Alba ya es de titularidad pública y en breve será rehabilitada como museo. El drama de Frasquita y sus hijas, vivido directamente por Federico García Lorca, sirvió al poeta para escribir “La Casa de Bernarda Alba”, una de las piezas teatrales más universales.
Las negociaciones han durado más de una década. La familia de los Alba mostraba reticencias para vender una propiedad histórica. La muerte de algunos de los herederos complicó la situación en los últimos años. Finalmente se ha podido cerrar el trato y firmar el acuerdo de venta por unos 140.000 euros.
El consorcio de municipios Vega-Sierra Elvira ha comprado la vivienda en la que vivieron Bernarda y sus hijas y ahora afrontará su restauración con una inversión de unos 40.000 euros. La gestión pasará al Ayuntamiento del Valderrubio, que ya mantiene abierta la casa museo de los Lorca en la localidad.
Escucha a Noel López, presidente del Consorcio Vega Sierra Elvira
En la casa se fraguó el drama cuyos ecos llegaban directamente a Federico directamente por el patio, colindante con la casa familiar de los Lorca. La casa se encuentra en una clara situación de deterioro. Hace un año, se produjo incluso un desprendimiento en el tejado.
La casa de los Alba se convertirá en un museo que, con la obra lorquiana como eje e hilo conductor, difundirá las costumbres del mundo rural en Valderrubio, e incluirá apuntes históricos de la zona.
Federico García Lorca basó la mayoría de sus obras en Valderrubio ya que su familia se trasladó de Fuente Vaqueros a este pueblo cuando él tenía cinco años. Allí pasaron muchas de sus vacaciones de verano.
En Valderrubio –pueblo llamado Asquerosa en aquel tiempo–, además de la casa de Frasquita Alba, se encuentra la Fuente de la Carrura, donde dicen que Federico oyó a unas mujeres mientras lavaban hablar de los problemas de fertilidad de otra, lo que le inspiró para escribir ‘Yerma’, y algunos de sus personajes se basan en escenarios y gentes de los alrededores.
Entre esos lugares lorquianos, se encuentra por ejemplo el Cortijo de Daimuz, a dos kilómetros del pueblo, en dirección Láchar, comprado por el padre del poeta en 1895 y rodeado de bosques de choperas. Al margen del río Cubillas se encuentra la Fuente de la Teja, una arboleda frecuentada en ocasiones por el joven escritor, y también el Camino de los Vascos, que conduce a la vega baja de Daimuz, y que pasa por el Sotillo, lugar mencionado en ‘Bodas de Sangre’.