Los trabajadores de la empresa de autobuses urbanos de Granada (Rober) y los sindicalistas juzgados este miércoles en el Juzgado de lo Penal 3 acusados de un delito contra el derecho de los trabajadores por su actuación como piquetes en la huelga convocada entre el 30 de enero y el 20 de febrero de 2009 han negado coacciones o haber sido causantes de incidentes durante las protestas.
La vista se ha celebrado en una sala especial de los Juzgados de la Caleta, por el elevado número de acusados, un total de 19 –aunque inicialmente eran 22–, y los testigos, a los que se han sumado sindicalistas de CCOO y CSIF que han acudido para apoyar a sus compañeros imputados, entre los que se encuentra el secretario provincial de CCOO, Ricardo Flores.
El proceso se inició después de que la empresa presentara denuncia, que luego decidió retirar, pero que motivó la apertura de diligencias por parte de la Fiscalía, que solicita penas de cuatro años de prisión para los inculpados, 17 de ellos trabajadores y dos sindicalistas.
El Ministerio Público les acusa de haber proferido insultos contra los conductores que decidieron trabajar durante las dos jornadas de huelga, de impedir el paso de vehículos y cortarles el paso, de lanzar huevos contra los autobuses o de arremeter contra los responsables de la empresa, principalmente contra la responsable de recursos humanos.
El primero en declarar ha negado que enseñara sus genitales a esta última diciéndole “aquí tienes mi currículum”, y ha afirmado que el piquete se desarrolló con normalidad, informando a los trabajadores sobre las razones de la huelga, sin ningún incidente. Además, ha incidido en que no se concertó con nadie para organizar las acciones de protesta.
En la misma línea se han pronunciado el resto de los imputados, que han negado insultos o coacciones contra los conductores, o que se detuviera forzosamente la circulación de los vehículos, aunque uno de ellos ha reconocido que resbaló y cayó accidentalmente debajo de uno de ellos.
El que fuera presidente del comité de empresa e integrante del comité de huelga ha señalado además que el 30 de enero de 2009 la responsable de recursos humanos se estuvo “paseando” por la empresa, lo que algunos interpretaron como una “provocación”.
El secretario provincial de CCOO en Granada, Ricardo Flores, que llevaba entonces dos meses en el cargo, ha explicado que los motivos de la huelga fueron la ruptura del acuerdo al que se había comprometido la empresa para hacer fijos a un número de trabajadores y que las negociaciones con la gerencia se desarrollaron en un ambiente “cordial, dentro de la normalidad”.
Ha admitido que el entonces gerente, Guillermo Robles, le informó por teléfono de que había sido insultado, a lo que él le contestó que ese tipo de cosas eran habituales en periodos de protesta y que no se lo tomara como “algo personal”.
La sesión, con la declaración de testigos, continuará el próximo viernes 8 de noviembre, que será el día en que la Fiscalía informará si mantiene sus acusaciones, y por tanto su petición de cuatro años de prisión para cada uno de ellos, si las modifica o las retira, tras lo que el juicio quedará visto para sentencia.