La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada ha acogido este jueves el juicio contra un hombre acusado de someter a continuas violaciones a su hijastra, desde los 8 hasta los 18 años, hasta que ella decidió marcharse del domicilio familiar con el hijo que había tenido a consecuencia de esas relaciones.
El fiscal pide para él un total de 55 años de prisión por un delito continuado de agresión sexual y otras tres agresiones sexuales y le acusa de haber tenido a la joven de “esclava sexual” durante una década, en la que además la tuvo “aislada” para “usarla” cuando quisiera, según ha indicado el representante del Ministerio Público durante su informe, que, tras la lectura del de la defensa, ha dejado el juicio visto para sentencia.
Los episodios de abusos se remontan a 1995, cuando el procesado, aprovechando su relación con la hijastra, y las ausencias de la madre, comenzó a someterla a tocamientos, y después las agresiones sexuales comenzaron a ir a más. Primero, en el domicilio que la familia compartía en el municipio granadino de Castilléjar, luego en una localidad alicantina y después otra vez en el primer pueblo, donde se compraron una cueva.
A consecuencia de las violaciones, la joven se quedó embarazada y tuvo un hijo en 2005, y entonces decidió marcharse de su casa, y contarle a su familia todo lo ocurrido. Sin embargo no interpuso denuncia hasta años más tarde cuando, según han informado a Europa Press fuentes judiciales, el niño le contó que había estado hablando con un hombre, y ella temió que podía ser su padrastro.
El inculpado, que ha reconocido ser el padre del niño, ha alegado que las relaciones fueron consentidas y ha asegurado que fue la propia hijastra quien le propuso mantener relaciones sexuales. Sin embargo, en declaraciones anteriores, durante la instrucción del caso, llegó a decir que actuó bajo los efectos de las pastillas, negó las relaciones sexuales y después las confirmó, aunque asegurando que habían sido después de que la joven había cumplido los 18 años, cuando ella ya había tenido el niño.
La defensa pide la libre absolución del inculpado, mientras que la Fiscalía solicita 55 años de prisión, por lo que tendrá que ser ahora el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia de Granada la que tendrá que concretar si absolver o condenar, y en este último caso, por cuántos años de pena.