Albolote concede por unanimidad la medalla de oro a Francisco Carvajal

El alcalde entregará personalmente el galardón en la fiesta de cumpleaños que se celebrará en la ciudad de San Juan de Puerto Rico

ayuntamiento concejales albolote plenoEl Ayuntamiento de Albolote ha ratificado en pleno la concesión de la “Medalla Conmemorativa de Oro – Villa de Albolote” a Francisco Carvajal Narváez, una vez transcurridos los plazos administrativos para la concesión de tal galardón cuyo expediente se iniciaba el pasado mes de julio. Una ratificación a la que se suscribían, por unanimidad, todos y cada uno de los grupos políticos que componen la corporación municipal y en la cual se ensalzó la figura filantrópica y humana de Carvajal.

El alcalde de Albolote, Pablo García, será el encargado de entregar dicho reconocimiento durante la celebración de una cena-homenaje que el próximo día 21 se celebrará en San Juan, capital de Puerto Rico. Además de la Medalla Conmemorativa el regidor alboloteño le hará entrega de otros presentes, como un pergamino con el contenido de la propuesta de concesión y la certificación plenaria correspondiente, una fotografía de todos los miembros de la Corporación municipal y sobre todo trasladará el mensaje de feliz cumpleaños y los mejores deseos de todos los alboloteños y alboloteñas.

A esta cena especial se suma la celebración, en Puerto Rico, de una serie de actividades y homenajes organizados entorno a la figura de este alboloteño ilustre que próximo día 21 celebrará su 100 cumpleaños.

Biografía

Francisco Carvajal Narváez (nacido el 21 de noviembre de 1913) ha sido y es, a lo largo de su vida, un hombre ejemplar, amante de la libertad, de la igualdad de todos los hombres y defensor de la Democracia. Francisco Carvajal Narváez es ser humano excepcional y de profundas convicciones e ideales que ha dedicado la mayor parte de su vida y fortuna a poner en práctica la filosofía que siempre le ha inspirado “la firme creencia de que la justicia, la civilización y la formación de las personas son los únicos caminos posibles para el avance de cualquier sociedad”.

Esta importante premisa la ha hecho realidad en Puerto Rico, país donde tuvo que exiliarse tras la Guerra Civil Española. De hecho, como soldado, durante la Guerra Civil Española, fue obligado a incorporarse al bando franquista. Pero arriesgó su vida desertando al bando republicano, al que pertenecía por convicción e ideales, y en el que luchó hasta el fin de la Guerra, que le condujo durante el año 1939 a diversos campos de refugiados (auténticos campos de concentración) en Francia.

Posteriormente, a finales del mismo año, consigue embarcar hacia Sudamérica, pasando en primer lugar por la República Dominicana, y estableciéndose finalmente, a partir de 1942, en Puerto Rico, donde fundó la Olympic Mills, la empresa que, empezando desde cero y tras muchos años de arduo trabajo, ha conseguido una cuantiosa fortuna que le ha permitido hacer realidad el sueño del joven idealista que hubo de abandonar su tierra: repartir su fortuna, mediante el reparto de ganancias, entre los obreros que con su trabajo diario hacen prosperar su empresa y compartir su riqueza con los más necesitados, cumpliendo el deber moral de devolver a la sociedad una parte de su riqueza, a través de la Fundación que lleva su nombre, una con sede en Puerto Rico y otra en Albolote (Granada), su pueblo natal, al que siempre le ha unido un apego profundo y sincero.
De hecho, en la primera visita que hace a Albolote, en el año 1956, desde su exilio en el 39, comprueba que su pueblo no ha avanzado nada desde su marcha, que está sumido en una profunda pobreza y de luto por la guerra.

En ese momento Francisco Carvajal toma conciencia de la situación y decide ayudar a la población con envíos de penicilina para remediar el drama de la tuberculosis, que todavía planeaba sobre España.

Posteriormente inicia un programa de becas para alumnos especialmente dotados y necesitados, de las que se benefician varios jóvenes del pueblo.

Las continuas visitas que hace al pueblo, le permiten observar que la joven democracia española, que ha heredado una situación económica muy poco favorable, no tiene capacidad económica para desarrollar programas sociales con la celeridad que sería necesaria, y un día frío y lluvioso comprueba que los jubilados no tienen más sitio para reunirse o refugiarse que los soportales del Ayuntamiento. De ahí parte su ofrecimiento de donar un local de su propiedad para que se cree el primer Club de Jubilados y Pensionistas de Albolote.

Es en la década de los 80 cuando sus inquietudes sociales le llevan a repartir con el pueblo, especialmente con las clases más necesitadas, el producto de su éxito, a través de la Fundación Francisco Carvajal, institución cultural privada sin fines de lucro que desde su fundación en el año 1985. Como objetivos esenciales la Fundación se pone en marcha para conservar, fomentar y enriquecer la cultura, promover el estudio de las ciencias humanísticas y sociales, propiciar iniciativas y proyectos, individuales y colectivos, dirigidos a mejorar la educación, la cultura y la calidad de vida en el término municipal de Albolote, conceder becas, subvenciones y ayudas económicas y coadyuvar con instituciones, públicas y privadas, al logro de estos últimos objetivos. Como dato relevante hay que mencionar que la Fundación Francisco Carvajal ha repartido, a través de proyectos y programas, más de 2 millones de euros en los veintiocho años de vida desde su creación.

Y para finalizar que mejor que reproducir las propias palabras de Francisco Carvajal: “Yo lo que quiero es ser consecuente con mis ideas y lo que deseo es que le mundo esté mejor repartido. Los míos ya tienen lo suyo, lo necesario para salir adelante, y por eso hice el fideicomiso y todo lo necesario para que de esos bienes que representan, una parte pueda ser también para personas que tienen el mismo derecho o más, doblemente que yo, a mejorar sus vidas”.

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