La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada ha dejado este martes visto para sentencia el juicio contra un joven acusado de violar a una menor británica, que entonces tenía 16 años, el 8 de agosto de 2009, en el interior de un coche en la localidad alpujarreña de Ugíjar.
Ha sido en la segunda sesión de la vista que ya arrancó el pasado 9 de julio y que tuvo que ser suspendida ante la incomparecencia de la supuesta víctima, que este martes tampoco se ha presentado ante la sede judicial pese a estar debidamente citada e informada por la Policía Metropolitana de Londres, según ha informado al comienzo de la sesión la magistrada-presidenta del tribunal.
Así, el fiscal ha solicitado que fuera leída ante la sala la declaración prestada durante la instrucción del caso por la menor de edad, que aseguró entonces que tras su propia fiesta de cumpleaños ella y varios amigos se subieron al coche del procesado para su vuelta a casa. El domicilio de la joven era el último en el trayecto, por lo que los dos se quedaron solos en el vehículo.
Según indicó, el procesado decidió entonces dirigirse hacia una zona en la que había una fábrica, y ella le preguntó la razón, a lo que él contestó que quería “fumarse un porro”. En un momento dado, con el coche ya parado, él la invitó a pasarse con él a los asientos posteriores, donde ambos empezaron a besarse.
Sin embargo, cuando él quiso mantener relaciones sexuales, ella asegura que se negó, aunque le fue imposible evitarlo por la fuerza de su agresor, que quería “dominarla”, y no consiguió zafarse de él. Después, consiguió salir del coche y marcharse corriendo de allí, y presentó denuncia el 9 de agosto de 2009.
La Fiscalía ha mantenido su petición de 12 años de cárcel para el acusado por un delito de agresión sexual, al considerar que existen pruebas suficientes para entender como creíble el testimonio de la joven, entre ellas las “contradicciones” en las que ha incurrido el acusado, que sostiene que las relaciones fueron consentidas.
Por su parte, la defensa ha solicitado la libre absolución, incidiendo en la falta de credibilidad de la declaración de la joven y sus contradicciones –que el fiscal ha atribuido a una mala traducción de la intérprete– y la falta de pruebas físicas, ginecológicas o psicológicas que acreditasen sintomatología compatible con una agresión sexual.
Tras el trámite de conclusiones y la lectura de los informes del Ministerio Público y la defensa, el juicio ha quedado visto para sentencia.