Prolongan hasta el jueves los sondeos para delimitar fosas donde podría estar enterrado Lorca

lugar cercano al 'Caracolar', donde hoy comienzan los sondeos.

lugar cercano al ‘Caracolar’, donde han comenzado los sondeos.

Los trabajos que arrancaron el pasado sábado en Alfacar (Granada) para la delimitación de fosas comunes de la Guerra Civil, en la zona del Peñón del Colorado, donde algunos investigadores ubican el lugar donde Federico García Lorca podría estar enterrado, se prolongarán hasta el próximo jueves para continuar con los sondeos. Así lo ha señalado a Europa Press Javier Navarro, el arqueólogo que coordina el equipo de 14 personas que trabaja en el paraje, ubicado entre Víznar y Alfacar, donde hasta ahora han realizado ya las mediciones con georradar del terreno y han practicado dos sondeos arqueológicos, a la espera de llevar a cabo un tercero en los próximos días.

Pese a las bajas temperaturas de los últimos días, están trabajando mañana y tarde, hasta que la luz expira, en un enclave ubicado frente al cortijo de Los Llanos de Corvera, conocido también como cortijo ‘Gazpacho’ o ‘Pepino’, a unos 500 metros del Barranco de Víznar, y a unos 800 metros del parque Federico García Lorca, donde la Junta de Andalucía ya lideró en 2009 otro proyecto para la búsqueda de fosas que acabó sin el hallazgo de evidencias de enterramiento alguno o esquirla de hueso.

A los inquilinos del cortijo han tenido que preguntar por los cambios en el terreno, teniendo en cuenta además que allí justamente se planificó la construcción de un campo de fútbol, que se paralizó cuando la hermana del poeta, Isabel García Lorca, pidió por carta al entonces presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, que impidiera que las obras continuaran porque eran, según dijo entonces, “una verdadera afrenta”.

De hecho, el primer lugar planteado por el equipo de arqueólogos para investigar el terreno tuvo que ser modificado porque las referencias con las que contaban “han variado”, ya que las máquinas llegaron a hacer “igualaciones” para la construcción del campo de fútbol.

Según ha explicado Navarro, ahora las mediciones realizadas por el georradar tendrán que ser estudiadas, lo que prevé que esté concluido en unas tres semanas, y los resultados tendrán que ser cotejados con la estratigrafía del terreno. La suma de los dos análisis llevará entonces a concluir si en el lugar hay o no posibles fosas comunes, lo que podría dar inicio a un proceso que, si lo solicitan los familiares, podría terminar con una exhumación.

Estos trabajos están impulsados por la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, a petición del investigador Miguel Caballero, que escribió sobre los últimos momentos del autor de ‘Yerma’ en su libro ‘Las 13 últimas horas en la vida de Federico García Lorca’.

Suponen además la continuación de las tareas que ya arrancaron en la zona el pasado mes de junio en el Barranco de Víznar, donde las catas practicadas permitieron delimitar cinco fosas comunes donde se hallaron restos de armas de fuego y restos óseos.

De hecho, en el entorno, desde el barranco hasta Fuente Grande, las fuentes historiográficas sitúan, según el director general de Memoria Democrática, Luis Naranjo, entre 3.000 y 3.500 víctimas, entre las que se encuentran, “como una más”, García Lorca. “Somos plenamente conscientes del interés mediático, pero desde el punto de vista de la Dirección General se trata de una víctima más del Golpe de Estado”, aclaró durante la presentación del proyecto la pasada semana.

La investigación llevada a cabo por Caballero parte además del análisis de las fuentes que ya hiciera el periodista Eduardo Molina Fajardo, que situó el enterramiento de Lorca frente al cortijo situado entre la carretera que une Víznar con Alfacar, en el Pago del Peñón del Colorado, junto al antiguo campo de instrucción de las tropas de Falange.

TESTIMONIOS CLAVE

El investigador considera clave lo que dijo a Molina Fajardo el capitán José María Nestares –jefe del sector de Víznar en 1936–, su hijo, Fernando Nestares, un agricultor de Alfacar que labraba terrenos cercanos al lugar de fusilamientos, el que fuera alcalde de Pulianas, Pedro Cuesta Hernández, y un quinto individuo que el periodista identifica con las iniciales A.M.F.

“Eran personas que nada o casi nada tenían que ver entre sí, y los testimonios son coincidentes. Todos apuntan al campo de instrucción”, según Caballero, quien opina que en aquel lugar, cerca del entonces cortijo ‘Gazpacho’ –hoy conocido como cortijo ‘Pepino’– se cavaron pozos para la búsqueda de agua subterránea, y por ello, el enclave era idóneo para enterrar cuerpos.

Además, Caballero no sólo se basa en los testimonios que recogió Molina Fajardo, sino que encargó un estudio a un equipo de arqueólogos y geólogos de Aragón que han analizado las depresiones del terreno y que han delimitado “perfectamente” el posible enterramiento en el lugar.

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