El Departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología de la Universidad de Granada ha decidido cerrar el Laboratorio de Antropología de la Facultad de Medicina, creado en 1971 y considerado un centro de referencia mundial, ante la falta de medidas higiénicas, de seguridad y de espacio.
Miguel Botella, catedrático de Antropología Física, ha informado a Efe de que esta clausura se derivada del “nulo apoyo” de la institución universitaria al laboratorio, que reúne la mayor colección de restos humanos de España -más de 5.000 esqueletos- y la mayor del mundo de restos de niños con sexo y edad conocidos.
Según ha explicado Botella, la falta de condiciones del Laboratorio de Antropología es “un mal” que parte desde la propia creación de este centro, que ha tenido desarrollar trabajos pioneros en sótanos y pasillos de la Facultad de Medicina.
Informes de riesgos laborales emitidos por la propia universidad hacen precisamente referencia, ha señalado el investigador, a los accesos al laboratorio, las condiciones de iluminación, ventilación, o la salubridad de espacios, especialmente la zonas de trabajo en donde se emplean productos químicos que junto con el agua del lavado de los huesos se vierten directamente a la red de aguas.
“Ni uno sólo de los ítems analizados de seguridad cumple con la normativa mínima. Pese a ello y las reiteradas quejas del personal del laboratorio y del alumnado, nada ha hecho la universidad para dar solución a un problema que se arrastra desde hace cuatro décadas”, ha lamentado.
Recientemente, se celebró además una reunión entre responsables del departamento al que pertenece el laboratorio y de la institución universitaria, donde hubo consenso respecto a la necesidad de buscar una solución inmediata que permitiera a investigadores y alumnos trabajar con seguridad y de manera digna.
Ese acuerdo suponía el comienzo de una serie de obras de urgencia encaminadas principalmente a dotar de un mínimo de seguridad y salubridad al laboratorio, trabajos cuantificados en unos 100.000 euros en total.
Botella ha manifestado que las obras comenzaron hace tres semanas y que el pasado lunes 2 de diciembre se paralizaron “sin dar ninguna explicación” al equipo de trabajo del laboratorio.
Ante esta situación, el Consejo de Departamento decidió por unanimidad el pasado 5 de diciembre cerrar el laboratorio a la investigación y enviar una comunicación nota al Rectorado.
La importancia del laboratorio radica, según el catedrático, en la consecución de importantes logros como métodos de identificación humana mediante análisis de imágenes en 2D y 3D, reconstrucción facial y ósea tridimensional mediante tomografía o la implementación de técnicas de estimación del sexo mediante análisis “multivariante”, que permite conocer el sexo a partir de un pequeño fragmento de cualquier hueso del esqueleto.