La violación de una compatriota le puede costar 10 años de prisión

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada ha acogido este martes el juicio contra un hombre, de nacionalidad rumana, acusado de pegar y violar a una compatriota en una casa abandonada del centro de Granada, a la que los dos se dirigieron para buscar chatarra. Lo hizo, según la Fiscalía, que pide para él diez años de prisión, multa y una indemnización de 12.000 euros por un delito de violación y una falta de lesiones, “aprovechándose” de la relación de confianza que les unía, “cuasi familiar”, puesto que ambos convivían junto a más personas en el mismo cortijo.

El procesado, en prisión preventiva por estos hechos, que se remontan al pasado 6 de abril de 20013, se ha defendido asegurando que los dos mantenían una relación desde hacía “cinco o seis años” y que aquel día decidieron de mutuo acuerdo mantener relaciones sexuales en la casa a la que se habían desplazado. Ha reconocido sin embargo que cometió una “equivocación” y le pudo dar “uno o dos tortazos”, porque, según ha indicado el inculpado, ella se negaba a pagarle un dinero con el que su marido se había marchado a Francia.

Según ha sostenido, la mujer le confesó que lo había denunciado para obtener ayudas sociales y una casa, y le prometió que finalmente iba a “ponerlo en libertad”.

La víctima, que ha declarado tras una mampara para evitar ver a su presunto agresor, ha explicado sin embargo ante el tribunal que cuando los dos llegaron a la casa abandonada ella no quiso entrar porque era un espacio cerrado y temía que la Policía pudiera sorprenderlos allí, pero él la cogió de los brazos y la obligó a entrar y le dijo que no saldría hasta que tuvieran una relación sexual.

Él, según ha mantenido, le tapó la boca y le siguió sujetando de los brazos, hasta que tras esa “lucha”, como ella la ha definido, finalmente desistió y él procedió a violarla. Al salir de allí, se fue directamente a la Policía a denunciarlo.

Ella ha indicado que lo hizo para proteger a sus hijos, y que no quiso llevar el asunto ante la comunidad romaní a la que pertenece, desde la que podría haberle reclamado dinero a su violador por la “vergüenza” sufrida.

Los forenses que la atendieron inmediatamente después han indicado que la mujer tenía contusiones en los brazos y, aunque no presentaba lesiones vaginales, ello no quiere decir que la violación no se produjera.

Tras las conclusiones de la Fiscalía y la defensa, que solicita la libre absolución, el juicio ha quedado visto para sentencia.

Quizá te interese...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *