Uno de cada cinco usuarios que practica deportes de invierno padece inflamaciones oculares
Ópticos-optometristas andaluces advierten que sin la protección adecuada aumenta la probabilidad de contraer una anomalía visual conocida como ‘ceguera de la nieve’
La sobreexposición a los rayos ultravioletas puede provocar quemaduras en la córnea, retina y cristalino, úlceras crónicas y cataratas prematuras
Las bajas temperaturas propias de la llegada de la estación invernal provocan durante esta época del año un aumento de las visitas a las estaciones de esquí tanto a nivel andaluz como en el territorio nacional. El Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía (COOOA) advierte que el 20% de los usuarios que practican deportes de invierno en este tipo de instalaciones sufre inflamaciones oculares debido a una protección inadecuada de sus ojos, que pueden ocasionar consecuencias más graves a medio plazo.
La entidad colegial explica que la denominada ceguera de la nieve provoca la inflamación del tejido que cubre el blanco del ojo y la parte interior de los párpados (oftalmía), y de la córnea (queratitis), ya que la luz del sol, al reflejarse en la nieve, provoca la exposición del usuario a un 80% más de radiación ultravioleta que en situaciones normales. Este problema puede afectar a los más de 18.000 granadinos que practican actividades en la nieve durante la temporada de invierno, como el patinaje sobre hielo, snowboard o esquí.
Según Juan de la Cruz Cardona, delegado del COOOA en Granada, “la aparición de la oftalmia o ceguera de la nieve se produce por una importante penetración de esta radiación en el sistema visual. Aunque no tiene por qué provocar la pérdida completa de la visión ni aparece de forma inmediata, se trata de un problema que, a corto plazo, puede dar lugar a dolores de cabeza, conjuntivitis o fotofobias anormales y, a largo plazo, a cataratas y problemas en retina, incluso antes de los 50 años”.
Aunque la creencia general entre la población es que el peligro de la exposición a los rayos solares viene provocado por las altas temperaturas, el colegio andaluz destaca que se debe poner especial énfasis en la intensidad de la radiación solar, y no en la del calor. La entidad explica que es precisamente en esta época del año cuando se alcanzan valores de mayor intensidad solar. En este sentido, hay que tener en cuenta que a más altitud, mayor es el aumento del efecto dañino de la radiación solar en el sistema visual (15 % por cada 1.000 metros de altura).
“Utilizar gafas de sol especiales para deportes de invierno, oscuras y con los filtros UV adecuados que cubran la totalidad de la zona ocular es una de las mejores medidas preventivas para evitar la aparición de la oftalmia”, explica Cardona. De no tomar las precauciones necesarias, la exposición continuada de los rayos solares puede derivar en quemaduras en la córnea, retina y cristalino, úlceras crónicas y cataratas prematuras.
En caso de no haber llevado a cabo una adecuada protección durante la estancia en la nieve, es aconsejable cerrar los ojos y permanecer en reposo en un lugar a la sombra, utilizar gafas muy oscuras o vendaje ocular, no frotar la zona y evitar la utilización de lentes de contacto durante algunos días, además de acudir a la mayor brevedad posible a un óptico-optometrista para una rápida evaluación.
Recomendaciones para elegir una protección visual adecuada:
– Valorar los beneficios de la lente por encima de la estética.
– Las lentes grises son las más adecuadas para este tipo de prácticas, ya que mejoran los contrastes, no alteran los colores naturales y producen menos cansancio ocular al reducir mejor el deslumbramiento.
– El hecho de que unas gafas de sol tengan los cristales oscuros no significa que absorban la totalidad de la radiación ultravioleta, incluso pueden suponer un perjuicio para la vista si las lentes no son de calidad.
– En cuanto a los filtros solares, la categoría ideal es la número 4, que ofrece la capacidad de absorción de radiación solar UVB-UVA más alta (92-97%). Este filtro está especialmente concebido para la nieve, incluso en altitudes superiores a 3.000 metros.
– En caso de utilizar lentillas, es muy importante lubricar los ojos con las soluciones o gotas humectantes pertinentes, con el fin de evitar sequedad ocular e infecciones propias de la práctica de deportes de nieve al aire libre.
– Es recomendable acudir previamente al óptico-optometrista con el fin de obtener el asesoramiento adecuado y adquirir las gafas en un establecimiento sanitario de óptica.