Granada ya tiene AVE con estación en FERMASA. La Asociación de Amigos del Ferrocarril y el Tranvía, AGRAFT, se ha encargo de hacer realidad este sueño. Los granadinos que visiten estos días la Feria de Muestras ya pueden contemplar la alta velocidad. Eso sí, tendrán que convertirse en niños para disfrutar en toda su extensión de trenes recorriendo valles, montañas, bordeando el mar o surcando precipicios en un recorrido de más de 60 metros de vías y estructuras de todas las épocas.
Se trata de una ocasión única que ofrece la 28 edición de Juveándalus para recorrer la historia del ferrocarril con materiales a escala traídos desde Alemania y EEUU, donde han logrado encontrarse estas piezas de coleccionista para el montaje a escala de las maquetas.
Del Tranvía Cremallera a la Alhambra al Ferrobús de Loja
¿Quién no ha soñado con que los Reyes Magos le sorprendan con un tren? A Juveándalus ha llegado una amplia representación de los que por el mundo han recorridos sus surcos de hierro y grava. Desde el antológico tranvía cremallera que llegaba a la puerta del Hotel Alhambra Palace en tiempos de Alfonso XIII, subiendo pendientes del 20% de desnivel con un sistema basado en el tercer riel dentado a modo de cremallera para asegurar la subida.
Todos los detalles mecánicos del entonces único tren cremallera en España pueden apreciarse en el recinto ferial de Santa Juliana. También llamativa resulta la maqueta en movimiento del Ferrobús, o “autobús de hierro” que otrora llegaba a Loja, una mezcla de ferrocarril y autobús de motor diésel, aún recordado en Loja por su agudo pitido. Jerónimo Jiménez, miembro de AGRAFT, es el responsable de dar forma a este gran escenario especialmente concebido para los niños, “los trenes –afirma- están hechos a escala 11m 1:22’5, la escala reina, pero siempre pensando en hacerlos atractivo para los pequeños”. No podía faltar el mítico tren del Oeste cargado de Oro, escenario de todo buen wester que se precie, el Pennsylvania rebosante de carbón o el Oregon Lumber, a su vuelta de Salem.
Trenes y viajeros, ambientados en diferentes entornos magistralmente recreados, desde una estación de trenes de principios del siglo pasado -cierto que la de Granada no ha cambiado demasiado-, hasta una refinería de petróleo que da vida al sistema de transporte ferroviario por contenedores “el más moderno, en su clase” nos recuerda Jerónimo. Vuelve también la máquina de vapor, con sus depósitos de agua, elevados, redondos y amenazantes. Goteando al viajero y su maleta de cartón o dando de beber al tren con su cadena y su potente chorro de agua sobre la máquina, que para algo se llama de vapor.
Trenes aletargados o vibrantes. De la locomotora de vapor a la Alta Velocidad Española; pacientes y pesados o vaporosos y desalmados. Trenes robustos y vagones cargados de otra humanidad, o vagonetas de carbonilla y harina. Trenes de hace dos siglos o trenes hacia el futuro, veloces y distantes, ajenos a un paisaje que ansía darles la bienvenida. En el Pabellón I de Fermasa, ferrocarriles del mundo se abren paso en Juveándalus hasta el 2 de Enero, de once y media a ocho de la tarde: ¡viajeros al tren!