La Lanzada espera no volver a salir de una carpa el año que viene

La hermandad de la Lanzada ha empezado el año con las expectativas puestas en consolidar los proyectos que aún están pendientes de desarrollar. Al margen de las mejoras patrimoniales, la hermandad lleva años buscando la solución que le permita salir del interior de su templo sin necesidad de instalar una carpa en la misma entrada. Actualmente, debido a las dimensiones reducidas de la puerta principal, la cofradía monta sus pasos bajo esa carpa con las consiguientes dificultades, incomodidades e inseguridad que eso conlleva. En todo este tiempo no se ha podido alcanzar ningún acuerdo para que la cofradía evite esos inconvenientes en su montaje y salida.

Sin embargo, cuando todo parecía haber llegado a un punto inamovible, el pasado trimestre se abrió para la hermandad una incipiente vía de planificación. Esto podría convertirse, si todo se encauza adecuadamente, en una solución definitiva.

La hermandad interpreta como un signo positivo que el consejo parroquial aceptara la propuesta que presentó el hermano mayor, Miguel Ángel Peláez, para modificar la portada. La intención siempre ha sido la de no alterar excesivamente la morfología de la fachada de la iglesia, ajustándose exclusivamente a la apertura del hueco necesario para que los pasos puedan salir sin dificultad.

A partir de aquel apoyo mayoritario que la propuesta del hermano mayor recibió hace unos meses por parte del seno parroquial, la hermandad está ya gestionando y moviendo los resortes necesarios para que finalmente la nueva puerta sea una realidad. Realmente, para que la salida de esta corporación del Martes Santo pueda hacerse desde el interior de la Parroquia de los Dolores, todavía hace falta atravesar más de un trámite oficial. A pesar de ello, la cofradía ve en esto posibilidades reales que le inclinan a pensar que estas gestiones serán definitivas.

En principio se encargará un proyecto a un arquitecto para que diseñe la portada y que informe sobre la viabilidad técnica y presupuestaria. Una vez que se elaboren los planos y memorias, el proyecto se someterá a la aprobación del consejo parroquial.

Si se supera este trámite interno, lo siguiente será presentarlo en el Arzobispado para que la autoridad eclesiástica dé su aprobación definitiva y así empezar las obras cuanto antes. Los plazos aún se desconocen, puesto que no todo depende de la hermandad, pero hay voluntad por parte de la misma para que el Martes Santo del próximo año pueda ser ‘histórico’.

El hermano mayor reconoce que este cambio de rumbo en la  complicidad entre grupos parroquiales se debe al buen trabajo de integración conseguido en los últimos años. La vinculación de la hermandad con la parroquia se ha ido intensificando progresivamente desde hace más de tres años. Esto ha hecho que se den las condiciones favorables para que en el seno parroquial se vea con buenos ojos la modificación de la fachada del templo.

A pesar de que aún queda mucho por hacer, los hermanos de La Lanzada viven todo este proceso con mucha  ilusión, ya que esperan que muy pronto pueda abrirse la puerta por la que vean salir dignamente sus pasos.

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