Un centenar de obras de Picasso correspondientes a distintas técnicas y periodos, en su mayoría grabados, litografías y aguafuertes, se exhiben desde hoy en Granada en una exposición que muestra por primera vez la serie completa que dedicó al “Entierro del conde de Orgaz”, de El Greco.
La exposición, denominada “Picasso. Una vida ilustrando” y ubicada en el museo CajaGranada, incluye, además de los 13 grabados de los que consta la serie completa del entierro del conde de Orgaz, las 12 litografías de su conocida “Femmes et Faunes”, editadas en 1956, ha explicado Marisa Oropesa, comisaria de la muestra.
Entre la selección de obras que conforman la exposición, cedidas todas por un particular, pueden contemplarse también puntas secas de la serie “Les métamorphoses d’Ovide”, aguafuertes de la “Suite Vollard” y litografías de “Le Soleil Ébloui”, entre otras.
La muestra permite un completo recorrido por la vida de Pablo Picasso volcado en los grabados y la ilustración, una de sus facetas menos conocidas pero a la que se dedicó de forma apasionada desde que a los 18 años hizo “El Picador” y hasta el final de sus años cuando, con la serie “Los 347”, realizó un completo repaso a su trayectoria como artista llegando a hacer varios en un solo día.
Aunque su faceta de grabador no fue de las más conocidas, Picasso llegó a crear más de 2.000 obras, lo que le convierte en uno de los principales representantes de esta técnica, a la altura de artistas como Alberto Durero, Rembrandt o Francisco de Goya.
El artista malagueño tuvo contacto con esta técnica desde muy joven, y ya en 1899, con tan solo 18 años, realizó “El zurdo”, donde muestra a un picador que sostiene la pica con la mano izquierda.
Cinco años después concibió “Le Repas Frugal” (1904), un aguafuerte que marcaría el inicio real de su actividad como grabador.
Este comienzo tuvo lugar en su estudio de la Rue Ravignan, más conocido como Bateau-Lavoir, donde fue asesorado por su amigo el pintor y grabador Ricard Canals, artista catalán también afincado en París, que introdujo a Picasso en la técnica del aguafuerte.
A partir de ese momento empezó una etapa en la que exploró las diferentes técnicas de la estampación.
A lo largo de su extensa carrera, Picasso nunca dejó de indagar en todas las posibilidades que le ofreció el grabado, y logró profundizar en casi todas sus variantes: aguafuerte, punta seca, litografía y aguatinta.
La comisaria de la muestra ha hecho un repaso por la trayectoria artística de Picasso, desde los años veinte, en los que se dedicó a la búsqueda incansable de nuevas experiencias artísticas, pasando por los treinta, marcada por un punto de inflexión en el que cumplió con varios encargos de ilustraciones sobre obras clásicas de la literatura.
En los años cuarenta y cincuenta plasmó sus conocidas ilustraciones de Buffon (1942) y La Tauromaquia (1959), pero si hubo en su trayectoria una fecha llamativa fue la de 1968, año en el que concibió 347 grabados en menos de 200 días.
Según algunas fuentes, fue capaz de grabar hasta siete láminas de cobre en un sólo día.
Fue entonces cuando creó la que sería su última ilustración literaria, “La Celestina”, obra clásica de la literatura española.
La exposición, que visita Andalucía por primera vez, estará abierta hasta el próximo 20 de abril en el museo de CajaGranada, que inaugura con ella una de las principales muestras de la temporada, ha explicado Diego Oliva, director de la Obra Social de la entidad.