El acusado de apuñalar a un menor niega la agresión, que atribuye a una riña tumultuaria

El joven identificado como Daniel C.G., de 24 años, acusado de apuñalar a un menor de edad en el interior de una caseta del recinto ferial de Albolote (Granada), ha negado este miércoles esa agresión, que ha atribuido a las consecuencias de la riña tumultuaria en la que ellos y otros jóvenes más se vieron implicados en aquella madrugada del 2 de agosto de 2009.

Durante la sesión del juicio que lo sienta en el banquillo de la Sección Segunda de la Audiencia de Granada por un posible delito de homicidio en grado de tentativa y una falta de lesiones –por el puñetazo que supuestamente propinó a otro–, el inculpado ha señalado que todo comenzó cuando él se acercó a hablar y bailar con una chica, momento en el que un joven se le acercó y ambos comenzaron a pelearse.

A partir de ahí, según el acusado, que se enfrenta a una pena de seis años de cárcel y a la prohibición de aproximarse a su víctima por un periodo de 10 años, y al pago de una multa de 720 euros, se inició una riña entre muchas personas, en la que le agredieron con botellas de cristal, y le “acribillaron” a puñetazos, lo que le ocasionó lesiones en un ojo y una fractura de mandíbula.

Después un amigo consiguió sacarlo del establecimiento y se dirigió al puesto de Cruz Roja para ser atendido, y trasladado con posterioridad a un hospital, lugar en el que se enteró de que alguien había sido apuñalado y que era él el que estaba acusado de intento de homicidio. Según ha asegurado, él no apuñaló a nadie, y tampoco vio a nadie sangrar durante aquella pelea. “Allí había mucha gente peleándose y era un sitio oscuro”, ha apuntado.

Sin embargo, la víctima, que entonces tenía 17 años, ha identificado “sin ninguna duda” al procesado, que ha indicado que le dio dos “golpes”, uno en el costado y otro en el brazo –que después supo que eran puñaladas–, cuando vio que había dado un puñetazo en la cara a su primo e intentó convencerle de que se marcharan de allí.

El joven ha dicho que no vio el arma con el que presuntamente fue apuñalado, y que tan sólo pudo ver al acusado con los puños cerrados antes de propinarle esos golpes. A partir de esa agresión, comenzó una pelea en la que ha admitido que recibió otros impactos, aunque se ha mostrado convencido de que sólo el inculpado pudo ser el que le apuñaló.

CRISTAL EN LA HERIDA

Finalmente, después de que llegaran los porteros a intentar acabar con la pelea, salió fuera de la caseta, le flaquearon las fuerzas y fue recogido por un hombre, que fue quien llamó a una ambulancia. Ya en el hospital, y después de dos operaciones, los médicos le comunicaron que tenía un cristal en el interior de una de las heridas.

Su primo, que fue con quien el procesado peleó por primera vez, ha identificado también a Daniel C.G., añadiendo que pudo observar que, cuando agredió al menor, llevaba en una mano una navaja y en la otra un trozo de una botella de cristal. “Esa noche ese muchacho tenía el planteamiento de matar a alguien”, ha afirmado.

Otro de los testigos, el amigo de los dos primos presuntamente agredidos, ha explicado que no pasó nada más porque él logró detener al acusado, quien ha indicado que portaba una navaja, golpeándolo y tirándolo al suelo después del presunto apuñalamiento. Al final, consiguió salir corriendo del lugar, e informó de lo que había ocurrido a la Guardia Civil, que lo llevó a identificar al presunto autor, que, según indicó, era el hoy sentado en el banquillo.

El juicio continuará este jueves con la declaración de más testigos y los peritos, y está previsto que concluya el viernes, cuando quedará previsiblemente visto para sentencia.

ACUSACIÓN DE LA FISCALÍA

Según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se remontan a la madrugada del 2 de agosto de 2009, cuando, en el interior de una caseta del recinto ferial de Albolote se inició una fuerte discusión entre el procesado y otro joven “por razones no esclarecidas”.

En el transcurso de la misma, Daniel C.G. le propinó al otro un puñetazo en el rostro, lo que le produjo una contusión craneofacial leve con hematoma en párpado inferior y erosión en párpado superior izquierdo, por lo que precisó asistencia facultativa.

A la vista de lo ocurrido, decidió intervenir el primo del agredido , que entonces tenía 17 años, con la finalidad de ayudar a su familiar, momento en que el inculpado, “con evidente ánimo de acabar con su vida”, le asestó con un arma blanca no identificada un golpe en el costado izquierdo.

Inmediatamente después, el acusado trató de asestarle un segundo golpe en el pecho con la misma arma e idéntico ánimo, aunque no lo consiguió ya que el joven protegió esa zona con sus brazos, resultando herido en uno de sus antebrazos. Tras ello intervino un amigo suyo, que se vio en la obligación de agarrar al procesado para que depusiera su actitud y cesara en la agresión.

Fue entonces cuando tuvo lugar una riña tumultuaria en la que participaron personas no identificadas, en el curso de la cual resultaron con lesiones de diversa consideración tanto el último mencionado, como otras personas que se hallaban junto a él y los dos primos, sin que haya podido establecerse la autoría.

Como consecuencia de la agresión, el menor de edad sufrió herida por arma blanca en el flanco izquierdo y en el antebrazo derecho, y precisó para sanar tratamiento quirúrgico y farmacológico. Según el fiscal, la agresión le podría haber causado la muerte de no haber recibido pronta asistencia.

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