Por José Luis Kastiyo: En más de una ocasión, desde hace años, he escrito que el Festival de Granada no debería guardar silencio de un año para otro. Durante décadas eso fue como predicar en desierto. Pero mire usted por dónde que llevamos año y pico, casi dos, en los que se ha modificado ese criterio y se han roto esos silencios espesos que permanecían inescrutables durante meses y meses. Un espectador ajeno a las intimidades festivalinas tenía perfecto derecho a pensar que, concluido el concierto de clausura, se echaba la persiana, se ponía un buen candado hasta el año siguiente y a otra cosa mariposa. ¡Hala, todo el mundo de vacaciones!
Nada más lejos de la realidad. Tanto antes como ahora la preparación del próximo Festival es tarea que exige poner a tope la imaginación, las gestiones, las propuestas, echar cuentas, controlar desacuerdos, discutir ajustes de calendarios, conciliar la variedad con el interés de intérpretes y programas, así como atinar en las sugerencias que imponen las efemérides de obras y autores. Es decir, que esa tarea se ha realizado siempre con profesionalidad y entrega, porque no se puede improvisar si se pretende mantener en alto el listón de la calidad, que es a lo que nos ha acostumbrada su historia de sesenta y tantos años.
Pero a lo que iba es a destacar que, de un tiempo a esta parte, la presencia de noticias relativas al Festival en los medios de comunicación va mucho más allá de la presentación del programa, incluido el FEX y los Cursos Manuel de Falla. Hace varias semanas -tras la apertura de la interesante exposición del centenario de Ataúlfo Argenta- hemos conocido un avance de conciertos actuaciones e intérpretes y de varias celebraciones. Se han puesto en marcha los Cursos Manuel de Falla, que cobran prestigio cada nueva convocatoria pues no se reducen a la obtención del diploma correspondiente. Hace bien poco que hemos sabido de sus patrocinios de próximas actuaciones en Sierra Nevada, pues se suma a los actos conmemorativos del centenario del Esquí en la Sierra y del 50 aniversario de CETURSA, con una propuesta artística de invierno bajo el título del Festival en la Nieve, entre los eventos del día de Andalucía, a final de este mes.
Dentro de muy poco será la presentación del programa completo y la apertura de taquillas, sin olvidar noticias difundidas acerca de las medallas de honor, la interesante labor del Círculo del Mecenazgo, la creciente aceptación de los Amigos del Festival o la tarjeta de crédito propia, asuntos de los que se ha hablado en diversas ocasiones.
Lo que quiero decir es que, sin que me pase por la imaginación apropiarme de la idea de que el Festival debe estar en la calle más allá de junio y julio (lo que sembraría serias dudas acerca de mi ponderación de juicio), me apunto con alborozo a esa más frecuente presencia informativa del Festival. Que es cosa de general conocimiento que interesa a muchos, dentro y fuera de los límites de nuestra provincia y eso hay que recibirlo con alegría.