RETROBACK: Granada, Buñuel, México y el cine

La muestra de fotos que Buñuel convirtió en película

El Festival Internacional de Cine Clásico Retroback conmemora el 30 aniversario del fallecimiento de Luis Buñuel con una exposición que recorre las fotografías que captó el cineasta en México para cuadrar las localizaciones de sus películas y otras imágenes que inspiraron después algunos de sus guiones.

El Palacio de Congresos de Granada ofrece desde hoy otra cara de Buñuel, la de un cineasta intimista que sustituye la imagen en movimiento por una panorámica fija a través de una exposición de fotografías captadas por el director para acercarse a la esencia de un México apartado de tópicos y tintes paradisíacos.

La exposición se enmarca en la VI edición del Retroback para homenajear al director turolense en el 30 aniversario de su muerte y ofrece, con unos fondos cedidos por el Centro Buñuel de Calanda, las fotografías que captó el director en su etapa mexicana.

“La muestra recoge las imágenes que fotografió Buñuel, que era además un amante de la fotografía, para las localizaciones de sus películas, pero también imágenes que inspiraron guiones”, ha explicado a Efe el director del Retroback, Emilio Egea.

La etapa mexicana de Buñuel ofreció películas con sello personal y un marcado surrealismo, pero también otras de calado “alimentario” que se rodaron con fines puramente lucrativos.

La exposición desvela esa búsqueda de localizaciones, de esencia e intimismo, y combina la imagen original de Buñuel, el fotograma de esa misma escena de una de sus películas y las referencias escritas al dorso por el cineasta.

La exposición arranca con el estreno no sin críticas del Buñuel mexicano materializado con la cinta Los Olvidados (1950), una película que se introdujo en el inframundo, en los arrabales de un país que compartía mucho con la pobreza nacional que ya filmó en ‘Las Hurdes, tierra sin pan’.

La muestra recorre los escenarios oscuros de películas como ‘El ángel Exterminador’ (1962) que el cineasta buscó en un convento de San Ángel o el fetichismo y surrealismo con el que compuso su ‘Ensayo de un crimen’.

Ofrece además ciertas confesiones del director convertidas en imágenes, como su acercamiento al cementerio de Taxco (México DF) que ilustró la trama de ‘Abismos de pasión’, una cinta que dirigió porque, según el mismo Buñuel, “como todos los surrealistas me sentía muy atraído por Cumbres Borrascosas y quería hacer una película con ella, y en México la encontré”.

Las fotografías concentran la imagen que captó Buñuel de un México alejado de las playas y los paisajes impactantes y que se centran en la gente, en los detalles, en escenarios quietos que más tarde cobraron vida con sus tramas.

Ofrece además la posibilidad al visitante de acercarse a la autocrítica de un Buñuel que aceptó que no todo era lo mejor de su cine, como le ocurrió con ‘Los ambiciosos’ (1959), cuyo guión declaró no recordar “seguramente porque quisiera no haber hecho la película”.

Las imágenes recuperan así su etapa mexicana con fotografías en blanco y negro que mezclaron la picaresca y el realismo, la ausencia de los escenarios inmóviles alejados del romanticismo y la perfección y a las que más tarde el mismo Buñuel dotó de movimiento.

María Ruiz. EFE-Granada.

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