Granada acogerá entre el 28 y el 30 de abril el XXI Congreso Estatal de Astronomía y las I Jornadas de Astroturismo de Andalucía, dos encuentros que reunirán a cientos de expertos y que servirán para fomentar la integración del firmamento como un recurso natural en el turismo rural, activo y científico.
Con estas jornadas, presentadas este martes en el Parque de las Ciencias, se pretende además promover que el cielo nocturno “de calidad” y su aprovechamiento ambiental, científico, cultural y lúdico se conviertan en señas de identidad de Andalucía.
Para ello, se deben contrarrestar las amenazas que la actividad humana implica para este recurso natural, lo que puede generar asimismo “empleo verde” vinculado a la protección del cielo.
Paralelamente al desarrollo de las jornadas, de la que ha informado la Junta de Andalucía, se celebrará una feria empresarial en la que se potenciará el empleo verde asociado a los ámbitos tratados en el congreso.
En este contexto, se mostrarán casos nacionales e internacionales de éxito en los campos de la consultoría ambiental para medida y evaluación de la calidad del cielo, diseño sostenible de alumbrado público, formación de monitores o empresas de turismo activo con componente astronómica.
Se pretende de esta forma llegar a los profesionales del turismo rural, responsables de la gestión de espacios naturales protegidos y representantes políticos locales con competencias en materia de turismo, gestión medioambiental o alumbrado público, para mostrar las ventajas de un diseño sostenible del alumbrado público.
La delegada territorial de Medio Ambiente, Inmaculada Oria, ha señalado que el cielo nocturno de Andalucía ha gozado históricamente de una calidad ejemplar, constituyendo un referente mundial en las observaciones astronómicas.
Prueba de ello es la ubicación de dos grandes observatorios astronómicos profesionales en la comunidad, como son el Observatorio Astronómico Hispano-Alemán de Calar Alto y el Observatorio de Sierra Nevada.
Sin embargo, la oscuridad del cielo se ve amenazada por la proliferación indiscriminada de instalaciones de alumbrado exterior, asociada al desarrollo económico y a la consiguiente expansión de pueblos y ciudades acaecida en las últimas décadas.
La contaminación lumínica es una cuestión que no sólo afecta a las observaciones astronómicas, sino que también lo hace al desarrollo natural de los ecosistemas e incluso a la salud de las personas.