El convento de la Encarnación, regentado por la congregación de las Carmelitas Calzadas, está viviendo desde las últimas semanas un movimiento juvenil de gran interés. Uno de sus impulsores, Venancio Galán, está trabajando junto con un grupo de voluntarios por gestar una ‘plataforma’ de divulgación del convento de las Calabaceras.
Entre los objetivos de este grupo está dar a conocer la comunidad religiosa dentro de la ciudad, impulsando algunas de sus actividades más características como es la elaboración de jabón natural, la producción de un gran surtido de dulces en los tiempos que les son propios, Navidad y Cuaresma, así como una intensa actividad en temas de lavandería y blanqueado de ropa, con lo que luchan y trabajan, más allá de su misión contemplativa, por sostener la economía conventual y el inmenso patrimonio que atesoran desde el siglo XVI.
Las actividades de estímulo que se están llevadas a cabo por esta plataforma procuran también devolver el esplendor de la vida cultual del convento, dando a conocer el horario de misas así como otras actividades de piedad popular (besamanos, besapiés…) con los que rescatar las devociones perdidas que existieron en el convento de la Encarnación. Las personas seglares que están vinculadas a este proyecto no descartan, como una de las últimas iniciativas a impulsar, promover una hermandad penitencial, más allá de la hermandad del Cristo de la Luz que tiene allí su sede canónica, con la que sostener en el tiempo la misma actividad que ellos desarrollan, fomentando el culto y la devoción a algunas de las imágenes, como la del Santo Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de los Dolores del Carmen (antiguamente Virgen de la Luz).