El Juzgado de lo Penal 5 de Granada, cuyo titular es Miguel Ángel Torres, ha absuelto de un delito de maltrato animal al hombre de 43 años que fue acusado de ahorcar al perro de su vecino, que al parecer le molestaba por sus ladridos, en una urbanización de Ogíjares en octubre de 2012.
La sentencia, a la que hoy ha tenido acceso Efe, señala que no se ha probado que el procesado matara al perro, aunque sí existan “sospechas ciertas e incluso vehementes” de que el animal falleció.
La resolución declara probado que Juan G.L., residente desde hace años en una vivienda de la urbanización El Carmelo de Ogíjares, en la noche del 7 de octubre de 2.012 y molesto con los ladridos del perro de un vecino, instó al administrador de la comunidad y a los dos conserjes de la misma que pusieran fin a su problema.
Ante los recelos de estos a intervenir, se valió de una salchicha para atraer al animal, rodeó el cuello del perro con una cuerda y lo sujetó en el aire, aunque no está “acreditado que en ese momento el animal falleciera”.
Luego introdujo el can, con la ayuda de su esposa, en el maletero de su vehículo y se marchó del lugar con el animal, si bien tampoco consta el destino dado al perro, “del que no se han vuelto a tener noticias”.
Según el juez, en el acto del juicio se puso manifiesto que había “un conflicto vecinal” motivado por las supuestas molestias ocasionadas por los ladridos del perro propiedad del denunciante.
La sentencia recoge que la acción del acusado “no puede aceptarse” y resulta “totalmente injustificada” y sus explicaciones y alegaciones sobre su forma de proceder resultan “inadmisibles”.
El magistrado sostiene, de hecho, que el procesado pudo matar al perro con la cuerda, bien por asfixia o ahorcamiento, o en todo caso que lo hizo desaparecer abandonándolo lejos de la vivienda o acabando con él en otro lugar.
No obstante, mantiene que las “contradicciones insoslayables” entre los dos conserjes, únicos testigos presenciales de los hechos, unido al informe y que no hay constancia sobre el destino del animal, deben llevar a una sentencia absolutoria.
Durante el juicio, celebrado el pasado 19 de marzo, la Fiscalía mantuvo en sus conclusiones definitivas su petición de nueve meses de cárcel para el acusado, mientras que la acusación particular solicitó un año de cárcel para Juan G.L., de 43 años, cuya defensa interesó por su parte su libre absolución.
En la vista, el acusado negó que ahorcara al perro, que desconocía que fuera de su vecino, y declaró que sólo arrastró al animal -que al parecer le molestaba- desde el suelo hasta su maletero para llevarlo a una perrera y que finalmente el can se escapó, por lo que incluso no sabía que estuviera muerto.