Alfacar, un pueblo con un pan bajo el brazo

CALIDAD RECONOCIDA

La Unión Europea reconoce desde noviembre pasado la calidad del pan de Alfacar (Granada) con una Indicación Geográfica Protegida (IGP), un distintivo que tienen otros tres tipos de pan del país y que desde septiembre protegerá con etiquetas el producto que ‘alimenta’ al 15 % de sus vecinos.

pan alfacarEl cartel “se vende pan de Alfacar” se ha convertido en el reclamo de escaparates de panaderías, tiendas y todo tipo de establecimientos que se agarran a la centenaria buena fama de las tahonas de este municipio granadino para conquistar clientes, aunque no sea oro todo lo que reluce.

El Gremio de Panaderos de Alfacar inició en 2008 su particular odisea para lograr la distinción europea a la calidad de sus panes, una Indicación Geográfica Protegida (IGP) que alcanzaron en noviembre del pasado año como un seguro de vida para diferenciar sus producciones de la competencia desleal.

El pan de Alfacar aúna a 21 obradores de la localidad y del vecino municipio de Víznar, una cifra que podrá duplicarse en unos meses. y su

El presidente del gremio de panaderos, Gabriel Vílchez, ha detallado a Efe que el largo camino para alcanzar la IGP permitirá el próximo mes de septiembre que sus panes luzcan las etiquetas identificativas de calidad que las distinguirán del resto de panes que no se someten a los controles europeos.

La marca ‘Pan de Alfacar’ se une así a otras tres identificaciones protegidas del país que reconocen la calidad del Pan de Cruz (Ciudad Real), el catalán Pa de Pagès que también recibió el pasado año su IGP y el pan de Cea típico de Galicia.

“Ahora contamos con un consejo regulador provisional para redactar la imagen de la marca que se encarga de regular el gremio y certificar que todos nuestros panes cumplan con la calidad y la tradición de los obradores de nuestra distinción”, ha detallado Vílchez.

Del buen hacer de los obradores morunos transferido de generación en generación para saber cómo mezclar sus pocos y sencillos ingredientes -harina, masa madre, levadura, agua y sal- viven actualmente el 15 % de los vecinos de Alfacar.

El gremio pretende recuperar los porcentajes de años pasados en los que la mitad de los vecinos vivían directa o indirectamente de sus panes, para lo que contarán desde septiembre con un etiquetado de sus producciones con el que plantar cara a la competencia desleal, los panes precocidos y la economía sumergida del sector.

“El pan de Alfacar se hace con harina de alta calidad y aunque no hay dos panes iguales porque cada horno tiene su altura y su profundidad, todos se hacen en solera reflectaria, al calor del suelo”, ha detallado Vílchez.

La calidad del agua de sus manantiales, el microclima de Alfacar y Viznar marcado por el Parque Natural de la Sierra de Huétor y el saber transmitido durante al menos 500 años de padres a hijos ofrece como resultado un pan único.

“Para lograr la IPG tuvimos muchos problemas, porque los panaderos sabemos cómo lo hacemos, pero no explicar las cuestiones químicas o de procedimiento”, ha detallado su presidente.

El gremio cuenta con una web para identificar las tahonas y tiendas que venden su verdadero pan, ofrece catas y cursos de formación para promocionar sus calidades y ultima nuevas actividades para amasar un mercado que, como sus panes, crecerá al calor de sus hornos centenarios.

Y aunque no sólo de pan vive el hombre, el gremio de panaderos espera que la IGP de Alfacar y Viznar y el futuro etiquetado de sus productos llegue como los niños, con un pan debajo del brazo.

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