La Unión de Consumidores de Andalucía (UCE-UCA) ha constatado en un estudio el auge del mercado cofrade más allá del comercio tradicional y del período de Semana Santa, que genera un importante volumen de negocio, favorecido por el avance tecnológico que ha extendido el consumo de estos bienes todo el año.
El vicepresidente de UCA, Miguel Ángel Ruiz, ha presentado hoy el informe “Semana Santa: devoción y consumo” que estudia la Semana Santa desde un punto de vista sociológico y económico y certifica que se ha convertido no sólo en un fenómeno religioso sino económico y de mercado, ha informado en un comunicado.
De hecho, el informe apunta la colisión de intereses mercantiles por la comercialización de imágenes y símbolos de las Hermandades y Cofradías por parte de empresas ajenas a estas corporaciones, lo que ha llevado a algunas a registrar la propiedad intelectual y mercantil de sus símbolos de identidad para preservarlos de ataques que puedan “dar una imagen equivocada de lo semanasantero”.
De un negocio que se reducía a la indumentaria y a los enseres propios de cada Hermandad, aunque no por ello económico dado que la confección de la indumentaria es parcialmente artesanal, se ha pasado a un mercado que mueve un “importante volumen de negocio y que no ha dejado de crecer en los últimos años”, según el informe.
A todo ello ha contribuido, según UCA, el comercio electrónico que ha generado una oferta y una demanda más allá del período de Semana Santa y se ha extendido durante todo el año.
También se ha ampliado este fenómeno religioso, económico y sociocultural de la Semana Santa a la publicación de libros con motivo religioso o incluso cómics y cuadernillos de dibujos para los más pequeños, según el estudio de la organización de consumidores.
El informe revela que el precio de la indumentaria y la cuota de la inscripción del penitente o nazareno en sus respectivas Hermandades es el desembolso más importante de la Semana Santa.
La cuota de inscripción está entre los 15 y 60 euros, dependiendo de cada Hermandad, y además los hermanos tienen que abonar la limosna o papeleta de sitio para salir de nazareno, que fluctúa entre los seis y los 300 euros.
Más cara cuesta la indumentaria de nazareno o penitente, que abarca una gran variedad, y de media el conjunto oscila entre 150 y 220 euros para los atuendos más simples en cuanto a material y piezas (túnicas de cola con cíngulo de sea y sandalias).
Sin embargo, hay indumentarias compuestas por hábitos de terciopelo con cíngulo de hilo de oro, escudos bordados y zapatos de hebillas de plata, que llegan a superar los mil euros.
Quedan exentas las indumentarias de mayor riqueza que son heredadas de generación en generación como las bíblicas o los trajes de romano o ‘armao’, aunque estos trajes pueden ser cedidos o alquilados para rebajar su alto coste.
Otra estampa de la Semana Santa en Andalucía son los palcos y las sillas instalados en la carrera oficial de las ciudades y pueblos para ver pasar en un sitio privilegiado las procesiones, y sobre su coste la UCE se pregunta “si es un lujo al alcance pocos”.
Este servicio cuenta en el menor de los casos con mil plazas (Almería y Granada) y los máximos están entre las 10.000 de Málaga y las 34.000 de Sevilla.
Según el estudio, sólo cuatro ciudades de las ocho capitales andaluzas ofrecen la posibilidad de alquilar las sillas durante un día (Almería, Cádiz, Córdoba y Granada) y los precios varían entre tres y trece euros en función de la ubicación.
En las otras provincias lo abonos de sillas y palcos son semanales y varían desde los 80 y 150 euros en Sevilla en función de la zona frente a otras provincias que van desde 15, 45 y 80 euros.
Uno de los principales problemas para acceder a este servicio de sillas o palcos es la escasa oferta y que en algunos casos tienen un carácter hereditario, a excepción de Almería donde el uso de sillas -no hay palcos- es completamente gratuito, según el estudio.