VÍDEO y GALERÍA de otro día grande y lucido en Granada

Las nubes se fueron. Las cuatro gotas que cayeron a primera hora de la tarde en algunos puntos de Granada era la anécdota meteorológica que avanzaron los pronósticos. Ahí quedó la cosa. El día se abrió cuando el Señor del Trabajo trajo la Luz a la ciudad. Luz del sol, literal, abriéndose entre las nubes. Luz de su Madre que ha salido a la calle entre los rezos, las palmas, los vítores… y las lágrimas de los zaidineros.

Es Lunes Santo en Granada. Es un brillante Lunes Santo en Granada.

Una vez el sol brillaba, Granada necesitaba brisa. La misma que apareció en la Carrera del Darro para acompañar al cortejo blanco de la Virgen de los Dolores. La misma que no se colaba por las callejuelas de la Magdalena para aliviar el calor de cofrades, nazarenos y costaleros del Señor del Rescate que, como siempre, recorrió con elegancia y majestuosidad las calles de Granada. El Huerto de los Olivos ha podido salir, desquitándose también del mal sabor de boca meteorológico del año pasado. Y ha podido hacerlo a pesar de las miles de personas que se agolpan en las inmediaciones de las Comendadoras. Para El Huerto, siempre ha espacio… aunque sea físicamente difícil abrir el hueco para su elegante cortejo.

Es Lunes Santo en Granada. Es un brillante Lunes Santo en Granada.

La hermandad del Santo Crucifijo de San Agustín ha completado el Lunes Santo, también desquitándose de otros Lunes Santos pasados… y olvidados. La corporación se ha puesto en la calle con la misma corrección y solemnidad que siempre. En la misma situación de querer olvidar Lunes Santos pasados por agua se encontraba la hermandad de El Rescate, que procesiona con su imponente imagen por el centro de Granada… con el mismo fervor, cariño y compañía que siempre.

Las hermandades han acumulado un notable retraso en su regreso. El palio de La Luz ha provocado un pequeño atasco de unos minutos en la carrera oficial, aunque la tardanza en los regresos no ha venido mediatizado por ese hecho. El buen tiempo, la luna casi llena, y las miles de personas que han acompañado la marcha de los cortejos hacia sus templos han provocado un regreso más tranquilo.