Miles de personas, como cada Viernes Santo, se han congregado a las tres de la tarde en el Campo del Príncipe para conmemorar la muerte de Cristo ante el crucificado de piedra de los Favores. El arzobispo ha rezado la oración de la adoración de las llagas de Cristo ante un espacio de la ciudad que cada año que queda pequeño. A las tres en punto, uno de los músicos de la Agrupación Dulce Nombre de la hermandad de La Canilla ha hecho sonar su cornetín para anunciar la muerte de Jesús en la cruz, creando un momento sobrecogedor.