El centenario empresario español Francisco Carvajal será investido doctor honoris causa por la Universidad de Puerto Rico (UPR) el próximo jueves en reconocimiento a su contribución a la labor educativa, social y cultural del primer centro docente de la isla caribeña.
La Junta de Gobierno de la UPR acordó concederle esa distinción a este empresario español, nacido el 21 de noviembre de 1913 en Albolote (Granada) y que llegó a Puerto Rico en 1942 después de haber estado en prisión durante la Guerra Civil Española.
Según explica la UPR en un comunicado, se trata del más alto título que pueda ser conferido a un ciudadano por su contribución al ámbito universitario y al pueblo puertorriqueño, “democratizando el conocimiento para que la educación llegue a todos los sectores sociales”.
El sobrino del futuro doctor honoris causa y presidente de Ediciones Puerto, el también empresario José Carvajal, dijo hoy a Efe que su tío, a pesar de su avanzada edad, está preparado para la ceremonia.
Aseguró que el homenajeado es muy consciente de que se trata de una distinción que premia tanto su labor como hombre de negocios, como su trabajo en favor del conjunto de la sociedad puertorriqueña.
Séptimo de ocho hijos, es el menor de los cuatro varones nacidos del matrimonio compuesto por José Carvajal Angulo y Josefa Narváez Aranda, una familia de agricultores y pequeños comerciantes de Andalucía.
De ideología progresista, el estallido de la Guerra Civil en 1936 le encontró en la zona de los sublevados y al pasar a la zona republicana fue recibido con sospechas y entregado al Servicio de Investigación Militar, que lo internó por dos meses en la Cárcel Modelo de Valencia, período en el que fue amenazado de fusilamiento por espionaje.
Una vez todo aclarado, ingresó en la Escuela Popular de Guerra en Paterna (Valencia), donde participó como teniente de Caballería en las batallas de Extremadura, Teruel y el Ebro, según relata la UPR.
Herido dos veces y tras un año en el exilio en campos de concentración de Francia, consiguió embarcar hacia la República Dominicana y en 1942 se trasladó a Puerto Rico, donde ha residido hasta la fecha.
En 1949 se acogió al programa Manos a la Obra y con un modesto capital fundó Olympic Mills en la localidad de Guaynabo, donde se impuso como meta la fabricación integral de textiles, desde el hilado hasta la prenda confeccionada, lo que supuso un cambio sustancial en la industria puertorriqueña de entonces.
La filosofía de la empresa estaba muy orientada a los trabajadores, por lo que en 1969 creó un sistema de reparto por el que todas las ganancias, después de descontar un interés comercial para el capital invertido, se repartían al 50 % entre los empleados y los accionistas.
En 1973 implantó un plan de horario flexible por el cual los empleados podían elegir el momento en que comenzaban la jornada, lo que facilitó la maternidad y los estudios de los trabajadores.
El empresario español llegó a poseer a mediados de la década de 1970 siete compañías que empleaban a más de 2.000 trabajadores en la isla caribeña, siempre según lo relatado por la UPR y la Fundación Francisco Carvajal Narváez de Puerto Rico.
Esta fundación aporta 100.000 dólares anuales a la UPR mediante un acuerdo firmado en 2008. Esos fondos contribuyen a que se haga realidad el Proyecto para la Democratización del Conocimiento que promueve la preparación de estudiantes de escuela intermedia y superior provenientes de residenciales públicos -vivienda social- para su ingreso a la universidad.
Además, apoya actividades académicas y de investigación de alcance comunitario y un programa en la Clínica de Asistencia Legal de la Escuela de Derecho para dar asesoría legal a población sin recursos.
La Cátedra Francisco Carvajal Narváez, aún pendiente de implantación, está dotada a perpetuidad para auspiciar actividades académicas de amplio alcance en los recintos de Río Piedras, Mayagüez y Ciencias Médicas.
A las anteriores se suman múltiples aportaciones vinculadas al desarrollo de las artes, las ciencias y las ciencias sociales.