La Virgen de las Angustias, como viene siendo habitual en los últimos años, ha sido sacada de su camarín y bajada en estos primeros días de mayo hasta el lateral del altar mayor. La entrada de este mes mariano se celebra de esta forma en la Basílica de las Angustias.
Y este año con más motivo, ya que la hermandad patronal ha querido rendir homenaje al papa Juan Pablo II, dada su reciente canonización. A principios de los años ochenta, el ahora santo, estuvo orando delante de la patrona en uno de sus viajes pastorales y el mismo reclinatorio en el que se arrodilló puede verse actualmente ubicado a los pies de la Virgen. Las camareras de la patrona de la ciudad le han colocado el manto de ‘los gusanitos’, por lo que estos días ofrecen una buena oportunidad para contemplar de cerca a la Virgen de las Angustias y parte del rico patrimonio que la rodea.
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