“Nuestra misión es el fortalecimiento del genuino Estado de Derecho”. Con estas palabras, Luis Angulo, presidente de la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia de Granada, abría las sesiones de trabajo del II Encuentro de Academias de Jurisprudencia Iberoamericanas reunidas en Granada. En el salón de actos del Ilustre Colegio de Abogados granadino y tras darles su saludo de rigor al medio centenar de académicos provenientes de 20 países de habla hispana, desglosó las metas a conseguir en Granada. Ahondó, tras ejercer de relator sobre los motivos de la unión de voluntades jurídicas del universo del Derecho en Iberoamérica y España, sobre lo necesarias que son estas instituciones dentro del marco jurídico de las sociedades democráticas. Luis Angulo advirtió de la importancia de las mismas como “garantes de la libertad y la independencia” y apostó por continuar la senda de “lealtad y diligencia en los tribunales” para basamentar la jurisprudencia que surge de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El decano del Colegio, Eduardo Torres, conforme tomó la palabra alabó que fuese Granada la anfitriona del evento. Recordó que la Real Academia granadina “más que centenaria varas veces” -apostilló- es uno de los tres pilares de la jurisprudencia en España, al ser la tercera real academia que se constituyese y terminó informando sobre el primer documento escrito que ya habla del Colegio de Abogados granadino como “una cofradía de abogados inserta dentro de la Real Chancillería datado en 1552”.
El turno del académico organizador del encuentro, José María Rosales de Angulo, sorprendió al auditorio al desglosar con profusión de datos históricos y actuales la importancia de Granada dentro de la concepción de la Justicia. Enumeró civilizaciones diferentes y reinos que pusieron en Granada su sede como un “espacio para la Justicia y el Derecho” desde tiempos de Roma hasta el Islam y de éste a los reyes católicos y el emperador Carlos I y de ellos hasta el actual marco estatutario que forjó al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Enumeró como inspiradores e instigadores del humanismo que ilustró posteriormente al Derecho Civil “desde Granada en España hasta las urbes iberoamericanas” -citó el académico- a Boscán, Andrea Navagiero o al célebre Padre Suárez, como promotores de la deontología y el humanismo en el Derecho. No dejó Rosales de Angulo, nada en su tintero informativo y terminó su alocución citando las claves granadinas en el romanticismo de Washington Irving, al misticismo de San Juan de la Cruz, o la procedencia de Eugenia de Montijo y la coronación en Granada como poeta a José Zorrilla.
Cerró la sesión el presidente de las Academias de Jurisprudencia Iberoamericanas, Luís Moisset de Espanés, quién enumeró la importacia del encuentro y de su sesiones de trabajo que tienen como referencia inmediata la confección de su deontología jurídica que se encuentra primero en el Derecho Romano, pero que fue el Derecho Real “el del rey de España” -remarcó- de donde surgió el espíritu de la jurisprudencia moderna y citó a José María Álvarez en 1818, promotor como diputado a las Cortes de Cádiz en 1812 ,como el autor del marco iniciático del vigente Código Civil al asentar en todos los cuerpos jurídicos de la América de habla hispana sus trabajos jurídicos que “ya en 1820″ fueron el crisol de la Justicia en las nuevas repúblicas iberoamericanas”, concluyó.
Tras la reunión todos los asistentes se trasladaron al TSJA, donde su presidente, Lorenzo del Río y el fiscal superior, Jesús García Calderón, les enseñaron y guiaron por las dependencias de la Real Chancillería del Reino de España, citada en palabras del fiscal superior como: “nunca una ciudad del mundo como Granada ha tenido en la longeva historia de este edificio manierista los asuntos jurídicos de un universo jurídico que iba desde las Américas y circunvalando el globo terrestre, hasta las Filipinas”.