La Alhambra se ha sumado a la celebración del centenario del pintor José Guerrero, uno de los máximos exponentes del expresionismo abstracto, con una exposición que el Palacio de Carlos V acogerá a partir de octubre que, con el nombre de ‘The Presence of Black, 1950-1966’, expondrá un total de 49 de sus obras, entre lienzos, grabados y dibujos.
El monumento albergará sólo una parte de la gran muestra, que también se exhibirá en el Centro Guerrero en Granada, y podrá visitarse entre el 17 de octubre de 2014 y el 1 de febrero de 2015. Dotada con un presupuesto general de 170.000 euros, viajará además el año próximo a Madrid (Casa de las Alhajas de la Fundación Caja Madrid, febrero-abril) y Barcelona (Fundació Suñol, mayo-agosto).
La exposición presenta un total de 117 obras: 39 lienzos, 55 dibujos, 17 grabados y 6 obras de técnica mixta sobre panel de José Guerrero, algunas de ellas nunca vistas en España, procedentes de distintas colecciones y museos nacionales y americanos.
Esta iniciativa será posible gracias al convenio de colaboración que este viernes han firmado el presidente de la Diputación de Granada, Sebastián Pérez y la directora del Patronato de la Alhambra, Mar Villafranca.
A juicio del presidente de la Diputación de Granada, Sebastián Pérez, “la exposición The Presence of Black es la joya de la corona del centenario de José Guerrero y servirá para llevar el nombre del pintor granadino, y por ende el de Granada, al resto de España, en concreto a Madrid y Barcelona, las dos capitales donde se podrá ver la muestra en 2015 tras su paso por nuestra ciudad”.
“La provincia de Granada tiene que reclamar su sitio, defender su patrimonio artístico y cultural y debe seguir siendo vanguardia en el futuro y para ello no podemos escatimar ni un solo esfuerzo”, ha destacado el presidente de la institución provincial tras la firma del convenio.
A su juicio, “José Guerrero estaría encantado con ver cómo la Alhambra se transforma y manteniendo su esencia, sin perderla ni un ápice, puede abrir las puertas de esa Granada del futuro, porque su modernidad representa la Granada contemporánea por la que todos trabajamos y a la que todos aspiramos” ha manifestado Pérez, que ha querido resaltar también la importancia de toda la programación del Centenario de José Guerrero, incluido el ciclo dedicado al pintor en colaboración con el Festival de Música y Danza de Granada presentado esta misma semana: “son actos muy dignos en un momento delicado y difícil, donde la economía no es la que todos deseamos”.
Una sala del Palacio de Carlos V acogerá una parte de la gran muestra, en concreto medio centenar de obras –entre lienzos, grabados y dibujos– que muestran la primera etapa de su evolución dentro de los códigos de la abstracción y sobre todo, la intensa relación del artista con la Alhambra.
El monumento nazarí fue, según reconoció el propio pintor en múltiples ocasiones, una fuente inagotable de inspiración, especialmente en un motivo plástico que le acompañara toda su vida: el arco, por su recurrencia decorativa y arquitectónica en la Alhambra. También tuvo una enorme influencia en su obra el paisaje visual que rodea a los palacios nazaríes: el Albayzín y el Sacromonte, que fueron temas habituales del artista.
Por su parte, la directora del Patronato de la Alhambra, Mar Villafranca, ha agradecido a la Diputación la oportunidad de participar en este proyecto “porque la exposición conjuga muy bien el valor del arte que representa Guerrero y el valor patrimonial del monumento más visitado de España”.
Villafranca ha elogiado la figura de José Guerrero porque “representa a Granada, en lo que Granada es de local y de universal, porque tuvo la oportunidad y la valentía no solamente de hacerse al arte en Granada, sino también de ir a aquellos lugares donde podía formarse y donde pudo crear un arte muy vitalista dentro de las corrientes del expresionismo”.
La directora de La Alhambra ha querido rememorar una anécdota personal relacionada con el pintor: “siendo una joven licenciada en Historia del Arte recuerdo un viaje a Madrid y la visita a una exposición en la Galería Juana Mordó en 1986, donde nos sorprendió un mural amarillo que dedicaba José Guerrero a la luz del Mediterráneo y que era también expresión de algo muy vital en su obra, el concepto de la libertad con el que rompió esquemas y creó un lenguaje propio y reconocible”.
‘The Presence of Black, 1950-1966’ es la primera inmersión monográfica, en profundidad, dentro de la etapa conocida como los años americanos del pintor, aquellos en los que se desprende del lenguaje figurativo precedente y los que más determinarían su camino y su propia voz plástica.
La muestra se divide en tres capítulos bien diferenciados: entre 1950 (año de su llegada a los EE.UU.) y 1955, periodo de transición, de abandono del lenguaje figurativo y de experimentación formal y técnica; entre 1956 y 1962, años de plena integración del pintor en la segunda generación del expresionismo abstracto; y de 1963 a 1966, la profundización en la memoria española, como se trasluce en los nombres de algunas de sus pinturas del momento, un proceso que culminará en 1965 con el regreso de Guerrero a su país natal.
Escucha a Sebastián Pérez y Mar Villafranca: