La dirección de la empresa Transportes Rober, después de que este sábado una mujer discapacitada que iba en silla de ruedas quedó con la cabeza atrapada entre las puertas de un autobús, aunque la mujer finalmente no resultó herida, ha manifestado que dispone de una flota de vehículos “con todas las medidas de seguridad” y apunta que “afortunadamente” este tipo de incidentes son “muy puntuales”.
En un comunicado, la empresa de transportes explica que dispone de una flota de autobuses “con todas las medidas de seguridad que obliga la normativa en vigor, realiza los mantenimientos y revisiones periódicas establecidas, e imparte formación adecuada a todo su personal, de manera que el servicio pueda ser realizado en las mejores condiciones de seguridad y calidad posibles, para todos sus usuarios y de manera especial para aquéllos con cualquier tipo de movilidad reducida”.
Si bien, precisa que lo anterior no impide que en un servicio de transporte urbano en autobús, donde en el caso de Granada se desplazan diariamente del orden de 100.000 o 120.000 usuarios, “en ocasiones se puedan producir incidentes, por multitud de razones”.
“Afortunadamente este tipo de incidentes son muy puntuales”, ha asegurado la dirección de la empresa, que ha afirmado que “nuestros ratios de incidentes/accidentes se encuentran en unos niveles similares o inferiores a los del resto de ciudades comparables, por tamaño de ciudad y por número de viajeros”.
Igualmente, considera que se puede estar trasladando a la ciudadanía una imagen de inseguridad del servicio de transporte urbano “totalmente desvirtuada y alejada de la realidad”.
Ante esta situación, Transportes Rober, como concesionaria del servicio de transporte público en autobús en la ciudad de Granada, recuerda a sus usuarios las precauciones a tomar en los vehículos. En el interior del autobús, todos los pasajeros deben ir adecuadamente situados, y especialmente las personas con movilidad reducida que se desplacen en sillas de ruedas, que deben ocupar los lugares habilitados y reservados para ellos.
La normativa establece claramente que tanto las sillas de ruedas, como los carritos de niños, deben situarse de espaldas al sentido de la marcha, con los sistemas de frenado activados, así como anclados con los dispositivos de seguridad que el autobús lleva incorporados.
Sin duda, de haberse llevado a la práctica este procedimiento, “no se habría producido el incidente relacionado, que afortunadamente no tuvo mayores consecuencias”, ha concluido.