Un artículo científico publicado en la revista Quaternary Science Reviews avala una fuerte actividad hidrotermal en la Hoya de Baza, que funcionó hace 1,5 millones de años como un ‘spá’ prehistórico con aguas termales a 36 grados de temperatura que marcaron las especies encontradas en Orce.
El Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES) ha destacado en un comunicado esta publicación como aval científico que apunta que el lago de la cuenca de Guadix y Baza sirvió hace 1,5 millones de años recinto termal prehistórico.
Esta cuenca granadina, rodeada por las cumbres más elevadas de Sierra Nevada, la Sierra de Baza, Sierra de las Estancias, Sierras de la Sagra, de Cazorla y de Segura, acoge las localidades arqueo-paleontológicas más importantes del Mediterráneo, sólo comparables a los yacimientos de Valle del Rift de África oriental.
A este descubrimiento se suman los trabajos arqueológicos que se desarrollan en los yacimientos de Barranco León, Fuente Nueva 3 y Venta Micena de Orce, que están documentando el entorno ecológico y paleoambiental de la zona, con un gran lago salobre.
El trabajo publicado en la revista Quaternary Science Reviews analiza y documenta evidencias geoquímicas y mineralógicas como depósitos de azufre o arcillas magnésicas que apuntan a la existencia de una fuerte actividad hidrotermal en la región durante los últimos millones de años.
El trabajo ha estado liderado por el doctor y profesor de la Universidad de Málaga José Manuel García Aguilar y ha sumado a expertos en la materia como Bienvenido Martínez-Navarro, Investigador del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES) y coordinador de las investigaciones que se desarrollan actualmente en Orce
La investigación se ha centrado en valores recuperados en el colágeno fósil de la fauna encontrada en Venta Micena y que indican que hace un millón y medio de años las precipitaciones en la Hoya de Baza eran muy superiores a las actuales.
Esas precipitaciones y las aportaciones de los manantiales de aguas termales mantuvieron el lago necesario para la existencia de una fauna de marcado carácter subtropical con especies como el hipopótamo gigante del Pleistoceno.
Dicho escenario configura lo que se conoce como un “hotspot” de alta productividad biológica, similar al que se encuentra en la cadena de lagos del África oriental considerada cuna de la humanidad.