Granada iniciará este mes de agosto la implantación del sistema ‘Zona 30’, que prevé limitar por debajo de 30 kilómetros por hora la velocidad de 973 calles del centro urbano como medida de seguridad y para favorecer el medio ambiente, y con la que se pretende reducir en 3 decibelios el ruido.
Entre las vías en las que el consistorio pretende implantar esta medida se encuentran las de acceso a la Alhambra por el centro de la ciudad o las del barrio del Albaicín, declarado Patrimonio de la Humanidad.
Según ha explicado en rueda de prensa la concejal de Movilidad y alcaldesa en funciones del Ayuntamiento de Granada, Telesfora Ruiz, se trata de una medida que ya se aplica en otras ciudades europeas y que en la ciudad andaluza pretende evitar que “nadie pueda morir” debido al tráfico.
Estas zonas favorecerán por tanto la movilidad peatonal y ciclista con medidas de reducción “efectiva” de la velocidad, para evitar que los vehículos usen estas vías como “atajo” debido a la baja velocidad, que deberán cumplir todos, incluido el transporte público.
La Zona 30 del centro de Granada afecta a un total de 4,15 kilómetros cuadrados con 973 calles que recorren 128 kilómetros de viario urbano, de los que se configuran como calles 30 un total de 113, mientras que el resto (más de 800) no precisan de regulación al estar ya asignadas a una velocidad de a 10 o 20 kilómetros por hora. El Ayuntamiento de Granada llevará a cabo la implantación de este proyecto durante agosto dentro de las reformas de tráfico que se desarrollarán en la ciudad hasta 2025, fecha tope para la que el consistorio ha fijado la aplicación total del Plan de Movilidad Urbana Sostenible.
El pasado junio el consistorio granadino suprimió la presencia de todos los autobuses urbanos por el centro existentes hasta entonces para sustituirlos por una Línea de Alta Capacidad que conecta con el resto.
Ruiz ha indicado que esta primera fase se implantará en el resto de barrios progresivamente, aunque no ha especificado los plazos estimados para ello.