El Tribunal Supremo (TS) deliberará el este miércoles, 1 de octubre, sobre el recurso que la familia de Mónica Carrión, la joven de 18 años que murió asesinada a manos del que había sido su novio, en Otura, el 19 de julio de 2011, presentó contra el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que rebajó de 23 a 20 años su condena al contemplar como atenuante la reparación del daño, puesto que llevó a su víctima al hospital, tras ocasionarle cerca de 200 lesiones.
Según han informado a Europa Press fuentes del TS, el magistrado ponente de la resolución será Luciano Varela y la deliberación y fallo del asunto se realizará por la Sala Segunda, a puerta cerrada.
El único argumento del recurso presentado por la familia, que representa la acusación particular, es la “aplicación indebida” de la atenuante, puesto de que los propios hechos probados en la sentencia que dictó en su día la Audiencia de Granada, cuyo relato sí confirmó íntegramente el TSJA, se desprende que no hubo intención del procesado de intentar reparar el daño ocasionado.
De hecho, según indica en su recurso la familia, el joven llegó a decir en el hospital, tras propinarle una brutal paliza a su novia, que los dos habían sido víctimas de un atraco, que fue además la misma versión que le trasladó a los padres de Mónica.
“El TSJA ha cometido una infracción de ley que esperemos que sea corregida ahora por el Supremo”, señalaba el abogado de la familia, Soliman Ahmed, que indicaba en su día que esta rebaja supuso “un jarro de agua fría para los padres”, especialmente para la madre, que volvió a caer en un “estado de ansiedad” al revivir los hechos.
No entendieron cómo los magistrados del Alto Tribunal andaluz asumían toda la sentencia que se dictó tras el veredicto de culpabilidad del jurado y luego considerasen que el asesino de la joven intentó auxiliarla, sin contemplar la posibilidad de que fuera su última alternativa para asegurarse una “coartada”.
El recurso al fallo del TSJA se produjo después de que los magistrados del Alto Tribunal andaluz estimaran parcialmente el recurso interpuesto por la defensa del condenado, Javier B.R., de 23 años, considerando que debe concurrir en su caso la atenuante de reparación del daño, puesto que llevó a su víctima al Hospital Clínico tras causarle casi 200 lesiones.
No consideraron los jueces que lo hiciera “para proporcionarse una coartada”, que creen una “mera conjetura”, sino que su decisión debe interpretarse como un “intento de reparar el daño causado una vez que cesó la explosión de la violencia”, según consta en la resolución.
Así, el TSJA confirmaba su condena por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, con la agravante de parentesco, pero con la atenuante de reparación del daño, a 20 años de cárcel, sin modificar el relato de la sentencia que en su día dictó la Audiencia Provincial de Granada, tras el veredicto de culpabilidad del jurado, y que fijaba además una indemnización de 198.000 euros para los padres de la víctima, a los que Javier B.R. no podrá acercarse durante un periodo de 30 años, y el pago de otros 18.000 euros para cada uno de los tres hermanos de Mónica Carrión.
MÁS DE 200 LESIONES
Durante el juicio, el inculpado reconoció que había discutido con la víctima la noche del crimen, aunque no se confesó autor de las lesiones que presentaba Mónica en su cuerpo –más de 200 lesiones– y alegó que se autolesionó.
En el fallo dictado inicialmente, la Audiencia consideró probado que el procesado y Mónica, que venían manteniendo una relación de noviazgo desde 2010, y habían llegado a convivir durante algunos meses, se dirigieron el 19 de julio de 2011, entre las 20,00 y las 21,30 horas, a bordo de un vehículo a través de un camino de tierra que parte desde la A-385 (Otura-La Malahá) hacia un lugar lejano al núcleo urbano. Allí, dentro del coche, iniciaron una discusión en el curso de la cual el joven comenzó a agredir a Mónica, que intentó defenderse arañándolo y mordiéndole en brazos y muñecas.
La chica logró salir del vehículo, si bien fue perseguida y alcanzada por el acusado, quien, con “el propósito de acabar su vida”, “aprovechando sus conocimientos en la práctica de técnicas de combate como el full contact y el kick boxing”, y con la intención de aumentar deliberadamente su sufrimiento y dolor, continuó su agresión física sobre ella, dirigiendo sus golpes a su cabeza y la cara. Completamente aturdida y “sin capacidad de reacción” por los golpes recibidos, el procesado le asestó a Mónica un fuerte golpe en el cuello que le ocasionó una hemorragia, con parada cardiaca y fallecimiento de la joven.
A continuación, el agresor arrastró a la que había sido su novia y la subió al asiento trasero de su coche, en el que la llevó al Hospital Clínico de Granada, donde ingresó a las 22,44 horas ya fallecida y con signos de frialdad post-mortem, aunque los facultativos intentaron reanimarla sin resultado positivo.