El joven de 27 años detenido como presunto autor de la muerte de un hombre en La Zubia el pasado mes de mayo ha negado los hechos en el juzgado de Instrucción 7 de Granada y ha explicado que fue víctima de un robo cometido por falsos agentes policiales cuando compraba droga al fallecido.
El juzgado de Instrucción 7 ha tomado hoy declaración al presunto autor del disparo que acabó con la vida de un hombre de 32 años el pasado 12 de mayo en una vivienda de La Zubia -una casa arrendada- donde fueron hallados 9,5 kilos de marihuana, además de restos de sangre.
La víctima fue trasladada hasta el hospital Clínico de Granada por un hombre que se marchó del centro hospitalario tras dejarlo en manos de los médicos y que fue inicialmente detenido junto a otra persona por su presunta implicación en los hechos, aunque ambos quedaron en libertad sin cargos tras declarar ante el juez.
El presunto autor del disparo ha reconocido que había quedado con la víctima en la vivienda ubicada en la calle Trevenque, a la que acudió acompañado de otras tres personas, con el objetivo de comprar marihuana valorada en 10.000 euros.
El detenido ha relatado que mientras pesaban la droga para cerrar el intercambio, entraron tres personas que se identificaron como policías judiciales, que les maniataron con bridas durante unos veinte minutos para marcharse después con el dinero destinado a la compra de marihuana.
Ha apuntado que escuchó el disparo que acabó con la vida de la víctima después de abandonar la casa y ha negado haber sido el autor material de los hechos.
El abogado de la familia del fallecido que ejerce la acusación particular, Carlos Aranguez, ha detallado a Efe que no creen la versión ofrecida hoy por el presunto autor del disparo porque varios testigos lo identificaron como el responsable del homicidio.
La Guardia Civil lo detuvo el pasado mes de julio en Calpe (Alicante), en una actuación en la que además fue arrestado otro joven de 24 años, también vecino de Granada, al que se le acusa de un delito de encubrimiento.
El fallecido, N.R.H., presentaba un orificio de bala en la cabeza y murió poco después de llegar al hospital, en el que ingresó con parada cardiorrespiratoria.
La víctima tenía numerosos antecedentes por droga, según informó en el momento de los hechos la Guardia Civil, que no descartó la posibilidad de que el crimen estuviera relacionado con la compra venta de droga.