Condenado a 24 años el acusado de matar a su exnovia y profanar su cadáver

18 CUCHILLADAS

El varón de 38 años de edad e iniciales O.C.T acusado de matar a su exnovia y profanar su cadáver ha sido condenado este viernes a 24 años y 5 meses de prisión por un delito de asesinato y de profanación del cadáver.

Fuentes jurídicas han informado a Europa Press de que la sentencia que ha fallado el magistrado recoge una condena de 24 años por asesinato doblemente agravado –con alevosía y ensañamiento–, además del agravante de parentesco y atenuante analógico de confesión. A este se añade cinco meses por un delito de profanación del cadáver de su exnovia.

Asimismo, a la condena de 24 años y 5 meses de prisión la sentencia recoge una el pago de una indemnización de una cantidad de 50.000 euros para cada uno de los padres de la víctima.

Cabe recordar, que el jurado popular declaró el pasado jueves 23 de octubre culpable de un delito de asesinato al acusado de matar de 18 puñaladas a la que había sido su exnovia y después profanar su cadáver, en el domicilio que habían compartido, en Granada capital, hechos por los que fue juzgado el lunes 20 de octubre, el en la Audiencia Provincial de Granada.

El tribunal popular, dio su veredicto tras deliberar durante poco más de cinco horas, que el procesado, de 38 años e iniciales O.C.T, atacó “de forma sorpresiva” a su víctima por la espalda, la asfixió en primer lugar con una cuerda gruesa y después, cuando ya se encontraba de rodillas, la apuñaló hasta en 18 ocasiones, ocho de ellas en el tórax, ensañándose con ella, de forma alevosa y causándole un “dolor innecesario”.

Además, una vez muerta, la sometió a “vejaciones innecesarias” profanando su cadáver, y lo hizo sin que influyera en él el consumo de alcohol y una hipotética situación de arrebato, que no han creído probado. Sí han aceptado que el inculpado, una vez que se dirigió a Almuñécar supuestamente a suicidarse, confesó lo que había hecho a la Policía, lo que abre la puerta a que en la sentencia pueda contemplarse una atenuante en ese sentido de confesión.

Tras la lectura del veredicto, el fiscal mantuvo sin embargo su petición de 25 años y 5 meses de prisión para el procesado, de 38 años e iniciales O.C.T, por un delito de asesinato –con alevosía y ensañamiento– y otro de profanación de cadáveres, con la agravante de parentesco, y ha pedido que no se “compense” con la atenuante de confesión, puesto que ésta no tiene “supremacía” sobre las demás circunstancias.

La misma pena solicitó para el inculpado la acusación particular –que ejerce la madre de la víctima– y la acusación popular –Junta de Andalucía–, mientras que la defensa sí pidió que se tuviera en cuenta la atenuante, por lo que instó al presidente del tribunal a que se le imponga una pena de 15 años de cárcel.

AFECTADO POR EL CONSUMO DE ALCOHOL

En la primera sesión del juicio, el acusado reconoció el crimen, aunque indicando que estaba afectado por el consumo de bebidas alcohólicas: “Empecé a apuñalarla y hasta que no se cayó al suelo no paré, pero no estaba pensando en hacer daño”, llegó a decir.

Según la Fiscalía, el inculpado mantuvo una relación sentimental de pareja con la joven, de 29 años, desde aproximadamente primeros del año 2012.

La pareja estableció su domicilio en Granada, en la calle Escritor Miguel Toro, y allí convivieron hasta primeros del mes de julio de 2013, fecha en la que la joven dejó la vivienda y se fue a vivir con un amigo, pues era su deseo romper la relación sentimental con el procesado.

El 9 de julio de 2013 la joven y el acusado quedaron en verse en el domicilio que habían compartido para que ella recogiera sus efectos, limpiar entre los dos el piso y entregarlo al dueño.

Una vez allí y mientras limpiaban la cocina, el inculpado le reprochó su relación con el amigo con el que vivía pues sospechaba que ya había iniciado una nueva relación sentimental y tras este reproche decidió acabar con la vida de su exnovia.

18 CUCHILLADAS

En ejecución de dicha idea, entre las 13,00 y las 14,00 horas y aprovechando el inculpado que la joven se encontraba dándole la espalda y limpiando los platos en el fregadero de la cocina, cogió un cordón grueso de los que se utilizan como juguete de perro y “de forma inopinada y sorpresiva” le rodeó el cuello, inmovilizándole.

Acto seguido, “y para culminar su propósito de matarla”, el procesado cogió con su mano derecha un cuchillo de cocina de 13 centímetros de hoja y, encontrándose detrás de la víctima y, estando la joven de pie o de rodillas, “pero en cualquier caso con el torso en eje vertical”, comenzó a apuñalarla para acabar con su vida.

En total, le propinó 18 cuchilladas, ocho de ellas en el tórax, y tras asestar la última, le clavó el arma hasta la empuñadura con los 13 centímetros de hoja en el interior del cuerpo de su exnovia. Según el informe forense realizado, la causa inmediata de la muerte fue ‘shock’ hipovolémico, tras las múltiples heridas por arma blanca que sufrió en el tórax.

Además, una vez muerta, el encausado procedió a profanar su cadáver, introduciéndole objetos en ano y vagina, y en ese estado los agentes de Policía se encontraron el cuerpo sin vida de la joven.

Según considera el fiscal, por lo prolongado de su acción y el número de cuchilladas asestadas, el acusado pretendía aumentar de “forma deliberada e inhumana” el dolor y sufrimiento de la fallecida.

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