La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ya ha ejecutado el 35 por ciento de las obras para la restauración ambiental tras el incendio forestal que se registró el pasado verano en el Monte de Cenes de la Vega, y espera tenerlas acabadas antes de que finalice el año.
Así lo ha informado este lunes el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Manuel Romero, durante la visita que ha realizado para conocer de primera mano el desarrollo de esta actuación y en la que ha estado acompañado del subdelegado del Gobierno en Granada, Santiago Pérez, y del alcalde de Cenes de la Vega, José Julián López.
Romero ha indicado que, de esta actuación que conlleva una inversión de 1,4 millones de euros, ya se ha terminado uno de los dos grandes diques (Mosiegos) que estaba previsto construir para la contención de sedimentos y para la retención de la escorrentía ante la llegada de la época de tormentas, mientras que el segundo (Calvo) se encuentra prácticamente finalizado.
En este sentido, cabe destacar que se trata de diques de gravedad ejecutados en mampostería de piedra y hormigón, lo que posibilita una adecuada integración ambiental en el terreno. Su misión no es la de acumular agua, sino la de retenerla y laminar las avenidas, así como posibilitar el sedimento de los arrastres que se generan por la fuerte pendiente de la zona.
Estos diques cuentan con un labio vertedero central, aunque están diseñados para poder aliviar por toda su coronación. Tienen mechinales (pequeños desagües) repartidos a lo largo del cuerpo de presa para poder evacuar también el agua.
Para impedir la erosión en la salida del agua, tras el dique se ejecuta un cuenco amortiguador, que no es sino una piscina que recibe el agua que rebosa por mechinales y aliviadero y disipa la energía de su caída.
PRIMERAS PRUEBAS EN MOSIEGOS
En concreto, ya se ha terminado el dique en el barranco Mosiegos y cuya utilidad y solidez se ha podido ya comprobar durante las fuertes precipitaciones que se registraron en la zona a comienzos de este mes de noviembre.
El dique de Mosiegos tiene 7,5 metros sobre cimientos, una longitud de coronación de 20,52 metros y una anchura de 1,5 metros. Tiene un labio vertedero trapecial de entre 2 y 6 metros de vertido y un cuenco amortiguador de 5,7×3,39 metros.
Además, la CHG está finalizando ya la construcción del segundo gran dique (barranco Calvo) y, según ha podido comprobar el presidente del Organismo.
Este segundo dique tendrá 7 metros sobre cimientos, con un labio vertedero variable de 11 a 13 metros, un ancho de coronación 1,32 metros y un cuenco amortiguador de 11,14 metros de largo por 4,35 de ancho. Además, está prevista también la ejecución de otros diques de menores dimensiones para estabilizar otros barrancos.
OTROS DIQUES DE 70 AÑOS
La CHG también está procediendo desde el mes de septiembre a mejorar la estabilidad de una serie de diques de gaviones que fueron ejecutados en la década de 1940 y que han venido dando buen resultado, aunque algunos de ellos se encuentran ya bastante deteriorados.
En estos diques, que actualmente están colmatados, se está saneando el material en el pie de apoyo aguas abajo, se les aplica un relleno de hormigón ciclópeo como colchón de disipación y se ejecutan contradiques para preservar la erosión remontante en las cimentaciones de los mismos. En otros se construirán estructuras que engloben los antiguos diques arruinados para consolidar los aterramientos.
RESTAURACIÓN AMBIENTAL
Además de las actuaciones de corrección hidrológica, la CHG ha iniciado ya también una serie de trabajos para la restauración ambiental de la zona afectada por el incendio, que se encuentran ejecutadas al 20 por ciento.
Manuel Romero ha asegurado que, como consecuencia del incendio, buena parte de las especies vegetales de la zona se vieron severamente afectadas, por lo que se ha planteado la restauración de la cubierta vegetal con el fin de contener cuanto antes los procesos erosivos, que “no tardarán en desencadenarse tras la pérdida de protección del suelo”.
En este sentido, ha insistido en que la CHG está llevando a cabo las actuaciones de restauración ambiental de la zona “siguiendo escrupulosamente la guía de los Modelos de Restauración Forestal publicados por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía” y en base también a la experiencia propia del Organismo de cuenca, que gestiona terrenos forestales desde hace más de 80 años.
Acorde con estos modelos, ha dicho, la zona afectada se va a restaurar utilizando especies como encinas, quejigos, coscojas, pinos, fresnos, sauces, álamos, retama y majuelos.
Al mismo tiempo, se está desarrollando un plan de saca y eliminación de madera quemada para evitar plagas de perforadores y se están construyendo fajinas biológicas colocadas al tresbolillo en las zonas con mayor pendiente con parte del material arbóreo apeado con el fin de retener la erosión superficial y evitar pérdidas de suelo y el arrastre de las semillas procedentes de la masa quemada.
Al mismo tiempo, se contemplarán en el futuro, si fuese necesario tratamientos de ayuda a la regeneración y eliminación de la competencia en las zonas arboladas incendiadas, semillado en banquetas, construcción de hoyos y plantaciones en unas 125 hectáreas.
El pasado 22 de agosto se registró un incendio forestal en el paraje conocido como el Monte de Cenes de la Vega, incluido en el Catálogo de Montes Públicos de Andalucía, quemando una extensión de unas 209 hectáreas, de las que 200 pertenecen a montes públicos administrados por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y el resto a zonas agrícolas de cultivos (olivar) y montes no arbolados de propiedad privada con una pequeña parte situada en el término municipal de Pinos Genil.
La zona incendiada se presenta como la antesala de Sierra Nevada, constituyendo las estribaciones de la misma. Las zonas afectadas por el incendio vierten directamente sobre el río Genil, a su paso por el TM de Cenes de la Vega, en el tramo urbano del río a su paso por la localidad.
Este tramo dista escasamente cuatro kilómetros de la población de Granada y, por lo tanto, es elevada la probabilidad de que los arrastres que se produzcan con las primeras lluvias lleguen al tramo urbano del río Genil. Por este motivo, la CHG otorgó máxima prioridad a la ejecución de esta obra.