Así restaura la Alhambra la Sala de las Dos Hermanas

A unos doce metros de altura, la misma a la que hace siglos los artesanos nazaríes se esmeraron para decorar la Sala de Dos Hermanas, han trabajado en las últimas semanas los restauradores de la Alhambra de Granada en la recuperación y estudio de esta estancia principal del famosísimo Palacio de los Leones.

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En la sala, cubierta por una de las probablemente más impresionantes cúpulas de mocárabes -combinación geométrica de prismas acoplados- del arte islámico mundial, se despliega una verdadera composición tridimensional, con ventanas que a través de celosías de yeso matizan la luz cambiante a lo largo del día.

La intervención ha consistido en el estudio del estado de conservación de estas celosías, que presentaban fracturas y faltas de gran tamaño, a pesar de las reparaciones provisionales que han tenido en siglos anteriores y que no han logrado garantizar su permanencia.

El arquitecto conservador de la Alhambra, Francisco Lamolda, ha explicado a Efe que esta actuación inicial en la bóveda de mocárabes de la Sala de Dos Hermanas, una de más espectaculares de todo el recinto nazarí, permitirá tomar además una serie de información importante para planificar una restauración mayor en un futuro.

La instalación de un gran andamio, que intenta mantenerse el menor tiempo para afectar lo menos posible a la vista pública en un espacio tan frecuentado como el Palacio de los Leones, a escasos metros de su famosa fuente, ha sido aprovechada también para emprender pequeñas intervenciones de consolidación de policromía.

Lamolda ha destacado que probablemente se trata de la primera oportunidad desde época medieval en que se trabaja a esta altura, en la que los especialistas han podido comprobar desde muy cerca los restos de policromía y dorados hechos con pan de oro.

Asimismo han corroborado de forma muy directa cómo los artesanos medievales trabajaban con el mismo nivel de intensidad y detalle a un metro de altura o a los cerca de doce que alcanza esta bóveda, que cuenta con laboriosos labrados y tallas.

La intervención ha redescubierto así en buena medida los dorados, azules, verdes e intensos rojos que formaron y forman parte de los “colores de la Alhambra”, ha destacado su arquitecto conservador.

Aunque el Patronato ha incorporado los últimos conocimientos técnicos para llevar a cabo la conservación y la restauración, Lamolda ha apostillado que las tareas emprendidas están “muy cercanas” a las que se desarrollaran en época medieval, aplicando asimismo una técnica eminentemente artesanal en todos los procesos.

El jefe del Taller de Restauración de Yesos y Cerámicas del Patronato que gestiona el monumento, Ramón Rubio, ha señalado a Efe por su parte que en esta intervención “de urgencia” han inyectado un tensoactivo y luego un adhesivo para fijar el pan de oro al yeso.

Con minuciosidad milimétrica, estos expertos repasan toda la decoración de la cúpula, cuyos materiales están muy expuestos a las temperaturas extremas que suelen registrarse en Granada, con veranos muy calurosos de más de 40 grados y con inviernos fríos que bajan de los cero grados centígrados.

Se trata en definitiva de una intervención única, que por primera vez desde hace siglos ha permitido acercarse -literalmente- a una de las cúpulas más destacadas de toda la Alhambra, que ha contado así con una restauración de altura y a la altura del monumento más visitado y probablemente más conocido de España.

Crónica de Roberto Ruiz Oliva (EFE Granada)

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