Una mano de los mayores para los niños atendidos por Cáritas

Más de 40 residentes de un centro residencial de Granada elaboran cestas, centros de navidad, canastillas, coleteros y broches con materiales reciclados por una buena causa.

Motivados por una de las frases más inspiradoras sobre la solidaridad: “Los grandes triunfos de la humanidad se lograron en conjunto”, las personas mayores del centro residencial de Ballesol Granada han decidido mostrar su carácter más solidario y social para ayudar a los niños del programa social de Cáritas Granada con la infancia, orientado a desarrollar acciones integrales y globales para ayudar a menores que se encuentran en situaciones de especial exclusión: malos tratos, pobreza extrema, desprotección, etc.

Para poder financiar este programa social, desde el primer día que los residentes de Ballesol Granada conocieron las iniciativas de Cáritas Granada, han creado diferentes talleres de manualidades y laborterapia en los que los propios residentes están diseñando y elaborando centros y adornos de navidad, bolsos de lana, cestas, coleteros, broches… que venden en los mercadillos organizados en la residencia para recaudar dinero y apoyar proyectos como el de Ayuda a la Infancia de Cáritas.

La inquietud social y emocional de los más de 40 residentes de Ballesol Granada, que voluntariamente participan en los talleres de manualidades, como ejemplo de envejecimiento activo y saludable, les está convirtiendo también en artistas del reciclaje. “Estamos elaborando centros de navidad con piñas, ramas y flores que hemos recogido de los paseos matinales” y que posteriormente reciclan para “acompañarlas de velas, muñecos de nieve de fieltro o lana”, relata uno de los residentes.

Estas acciones están apoyadas por un equipo de psicólogos y terapeutas ocupacionales que acompaña en todo momento a estas personas mayores, algunas de ellas con un moderado deterioro cognitivo, que sin embargo y con esta actividad “han mejorado y mantenido las capacidades cognitivas a través de la práctica, la ejercitación y el aprendizaje”, aseguran.
La imaginación y el cariño que demuestran estos residentes es un impulso solidario y un ejemplo de apoyo intergeneracional que comparte el sueño de cada uno de los niños de Cáritas Granada: “Que los niños sigan siendo niños”.