Muchos de los precios en periodo de rebajas han sido hinchados para hacerlos más atractivos, denuncia FACUA. Con los Reyes haciendo ya el camino de vuelta hacia Oriente, y mientras se guardan árboles, belenes y guirnaldas, llegan de nuevo las famosas rebajas destinadas a ayudarnos a superar con más facilidad la temida cuesta de enero. Sin embargo, si los consumidores no tienen las debidas precauciones pueden encontrarse en que este periodo de precios bajos al final les acabe resultando más caro de lo previsto.
Y es que las trampas que se esconden en estos periodos de rebajas no son pocas y pueden afectar tanto al gasto que hacemos durante estas fechas como al importe del teórico ahorro al que podemos tener acceso. Por eso desde FACUA Granada se recomienda no dejarse deslumbrar por las rebajas y analizar correctamente las ofertas de los productos que vayamos a adquirir para evitar pagar de más.
Y es que una de las prácticas más habituales para hacer más atractivas las rebajas es hinchar los precios. “Desde hace ya algunos años venimos detectando que los comercios elevan el precio anterior de los productos, de manera que puedan ofrecer un mayor descuento al cliente y hacer más atrayente la rebaja, que realmente no es tan elevada” comenta David Avellaneda, responsable de comunicación de FACUA Granada. “Si tengo un producto a 50 euros, en rebajas lo vendo a 40 pero digo que el precio anterior es de 80, la oferta es mucho más interesante para el consumidor que si lo bajo directamente de 50 a 40 euros”.Por eso desde FACUA Granada se recomienda analizar las etiquetas, en las que debe figurar tanto el precio actual como el precio antiguo, aunque con esa precaución de que el precio previo no siempre es el correcto.
Otra cosa que debe tenerse en cuenta es que los productos a la venta durante el periodo de rebajas deben tener la misma calidad que los vendidos durante el resto del año. De hecho la legislación obliga a que los productos vendidos en periodo de rebajas hayan estado un cierto tiempo en el mismo establecimiento, para garantizar la calidad de los mismos y su disponibilidad. Su presencia también debe superar al menos el 50% de los productos a la venta para que el establecimiento pueda anunciar las citadas rebajas.
Por eso, aquellos productos de la temporada actual, que no tengan rebaja o descuento, deben estar debidamente separados e identificados. Y lo mismo ocurre con la venta de productos con defecto (saldos) o con un notable desfase o antigüedad (liquidación), que también debe hacerse de forma separada para evitar confusiones en los consumidores.
David Avellaneda también recuerda que “los consumidores tienen los mismos derechos que durante el resto del año, estando obligados los comercios a cumplir con tanto con la legislación como con los servicios que ofrecen: los mismos medios de pago, el mismo plazo para realizar cambios o devoluciones, etc. Y por supuesto siguen estando obligados a disponer de las hojas de reclamaciones obligatorias para aquellos usuarios que las soliciten”.
Finalmente es muy recomendable establecer un presupuesto cerrado con el importe que el usuario tenga previsto gastar en este periodo, y ajustado a las necesidades reales que tengamos o a lo que hubiéramos previsto cambiar o renovar en este periodo. Con estos consejos nos resultará más sencillo evitar que estas rebajas nos puedan acabar costando más caro de lo previsto.