Cáritas Diocesana de Granada atendió el pasado año a más de 770 personas sin hogar, de las que un 51 por ciento llevaba menos de un año sin domicilio fijo y un 72 por ciento tenía estudios.
Esta intervención se desarrolla a través de la Fundación Casas Diocesanas de Acogida de Cáritas, que lleva operando desde 1994 para dar respuesta a la realidad social de las personas sin hogar como “máximo exponente de la exclusión social”. En la actualidad esta entidad está integrada por dos centros de tipo residencial y un espacio de tipo ocupacional y educativo (centro de día).
Hasta mediados de diciembre de 2014 fueron asistidas un total de 775 personas, de las que la mayoría, el 57 por ciento, era de origen nacional. El 33 por ciento de los atendidos tenían entre 46 y 59 años, mientras que el 59 por ciento eran solteros. Las principales problemáticas que presentaron era el desempleo y las adicciones, según los datos facilitados por Cáritas a Europa Press.
La Fundación Casas Diocesanas de Acogida de Cáritas se marca como objetivo general facilitar una atención integral a personas en situación de grave exclusión social, ya sea por estar sin hogar o por tener problemas de adicción.
Para ofrecer esta asistencia integral, desde la Fundación se desarrollan varios programas. Uno de ellos es el de Atención Integral a Personas Sin Hogar, que cuenta con un servicio de Atención Inmediata a fin de posibilitar una primera toma de contacto entre la persona y la casa de acogida al mismo tiempo que se facilita una cobertura de necesidades básicas, se realiza un primer diagnóstico de su situación y se ofrece la posibilidad de iniciar procesos de cambio. Cuenta con una capacidad total de 27 plazas.
REHABILITACIÓN Y ADICCIONES
Por otra parte se encuentra el Servicio de Atención Rehabilitadora, que tiene 10 plazas y se ubica en dos pisos con capacidad para cinco personas cada uno. Aquí se ofrece al individuo la posibilidad de realizar un proceso de rehabilitación biopsicosocial en un contexto lo más natural posible, como es el de un piso.
Desde ahí, desde “lo normal”, se pretende que las personas se sientan a gusto consigo mismas e inicien un proceso de cambio para favorecer su integración social. Se parte de la idea de que “solamente cuando las personas aceptan su realidad personal pueden implicarse en su propio proceso de cambio y, al menos, intentar salir de la rueda de la marginación y la exclusión social”.
Además, existe un Servicio de Tutelaje Residencial con capacidad para 22 personas que está destinado a quienes durante largo tiempo han estado en situación de grave exclusión social, presentan un deterioro biopsicosocial notable, pocas posibilidades de inserción laboral y necesitan un trabajo de minimización de las consecuencias de dicha exclusión.
A todo ello se suma el Centro de Día, la unidad socio recreativa del Programa de Atención a Personas Sin Hogar, desde la que se pretende contribuir al proceso de recuperación personal, a través de actividades que posibiliten la participación, la motivación, el conocimiento de los recursos socioculturales de la ciudad, la interacción entre los propios participantes y el acceso a las nuevas tecnologías, entre otras.
A los servicios de Atención Inmediata, Atención Rehabilitadora y Tutelaje Residencial se suma de manera transversal el Servicio de psicología y de Auxiliar de Clínica. Los problemas de salud pueden provocar la exclusión o aparecer después, pero en ambos casos las personas sin hogar ven reducida su esperanza media de vida en 20 años respecto el resto de la población.
El programa de adicciones que se ofrece desde Cáritas cuenta también con recursos residenciales, como viviendas de apoyo a personas que están en proceso de desintoxicación y viviendas de apoyo a la reinserción desde las que se intenta facilitar la inclusión de quienes están finalizando su proceso de deshabituación.