Científicos de la Universidad de Granada han descubierto que la lagartija colilarga (Psammodromus algirus) es de mayor tamaño cuando habita en cotas altas, con un clima frío, que en cotas bajas y por lo tanto más cálidas.
Estas lagartijas que viven a más de 2.000 metros de altitud retienen además el calor por más tiempo debido a su mayor tamaño, ha informado hoy la institución académica.
El trabajo científico confirma por primera vez desde que se propuso en el siglo XIX que la llamada “regla de Bergmann”, que afirma que los animales que habitan climas más fríos tienen un mayor tamaño corporal, puede cumplirse también en los denominados “ectotermos”, como reptiles y anfibios.
La tendencia, denominada “clina de Bergmann”, ha sido hallada en gran número de endotermos, que generan calor interno mediante mecanismos fisiológicos metabólicamente costosos, como las aves y los mamíferos.
Sin embargo hasta ahora la situación no era tan clara en los animales ectotermos, que dependen de fuentes externas de calor como el solar para controlar la temperatura corporal, caso de los reptiles y los anfibios.
Estudios previos al realizado en la Universidad de Granada han encontrado casos de ectotermos que siguen la clina de Bergmann, pero no faltan los ejemplos donde no se observa relación entre el tamaño corporal y la temperatura ambiental.
También puede seguirse la tendencia inversa, es decir, hay grupos de ectotermos cuyos representantes son más pequeños en hábitats fríos.
La explicación generalmente aceptada es que los ectotermos más grandes tardarían más en perder calor en hábitats fríos, lo cual sería propicio, pero también lo adquirirían más lentamente, lo cual sería desventajoso.
Por otra parte, el mecanismo propuesto por Bergmann para explicar sus “clinas”, la mayor capacidad conservación de calor de los animales más grandes, nunca había sido constatado.
En el trabajo, investigadores del departamento de Zoología de la UGR han demostrado que un ectotermo, la lagartija colilarga (Psammodromus algirus), alcanza tamaños mayores en cotas altas de Sierra Nevada, lo que se corresponde con las clinas de Bergmann.
El trabajo resuelve por tanto dos controversias polémicas, candentes y profusamente estudiadas desde el siglo XIX.
En primer lugar, que la regla de Bergmann puede cumplirse en ectotermos, si existen mecanismos que permitan que la tasa de calentamiento no se vea disminuida por un mayor tamaño corporal.
Además, los investigadores han comprobado por primera vez en casi 200 años que el mecanismo que subyace a las clinas de Bergmann es efectivamente el que su creador propuso: los animales de mayor tamaño verdaderamente presentan tasas de enfriamiento más lentas.