Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Granada (UGR) ha demostrado que la luz intermitente y el color amarillo de los semáforos no tiene ningún efecto disuasorio sobre los peatones a la hora de cruzar. Así, sólo las dos fases mandatorias (verde fijo y rojo fijo) lo producen, comunicándoles un mensaje claro y seguro.
Esta investigación, publicada en la revista The Spanish Journal of Psychology, ha sido realizada por científicos del Centro de Investigación “Mente, Cerebro y Comportamiento” de la UGR, y pretende contribuir al diseño de señales de tráfico más efectivas, para evitar que las personas realicen conductas de riesgo en intersecciones controladas.
Para ello, los autores trabajaron con una muestra formada por 247 participantes, de los que la mayoría (el 74,89 por ciento) tenía carné de conducir. A todos se les presentaron una serie de fotografías de diversos pasos de cebra controlados por semáforos del centro de Granada.
De este modo, a los participantes se les mostraron diversas intersecciones con regulación semafórica (tanto reales como manipuladas), y se les pidió que valoraran del 1 al 10 si cruzarían o no en ellas.
Los tipos de semáforos propuestos por los investigadores a los participantes fueron uno con una luz verde fija, verde intermitente, amarilla fija, amarilla intermitente, roja fija, roja intermitente y completamente apagada.
ROJO Y VERDE FIJO, MÁS EFECTIVOS
Los resultados revelaron datos muy curiosos. Así, muchos de los peatones no conocen el significado de las fases no mandatorias de los semáforos, aquellas diferentes al verde o roja. Además, las soluciones intermitentes y el color amarillo no son efectivas para comunicar al peatón un mensaje claro y seguro.
Los investigadores comprobaron que las soluciones mandatorias (verde/ rojo fijo) son las mejores soluciones para evitar conductas peatonales inseguras al cruzar intersecciones controladas.
Según explican los autores principales de este trabajo, los investigadores de la UGR Leandro Luigi Di Stasi y Alberto Megías, “en la Unión Europea no existe una normativa específica y común de señalización semafórica”.
A su juicio, una solución fácil de introducir y efectiva para crear entornos más seguros y amigables para el peatón “sería el uso de un semáforo que indique sólo las dos fases mandatorias (verde y rojo), con un indicador del tiempo que falta antes del cambio a la otra fase, por ejemplo, imitando un reloj de arena con una cuenta atrás.
Los investigadores apuntan que la falta de normativas comunes en este tema y la ambigüedad del mensaje que conllevan las fases intermedias (fijas o intermitentes) “pueden provocar una disminución de la seguridad vial, lo que contribuye al alto número de accidentes que se producen anualmente en Europa en los cruces señalizados, algo que también ocurre en España, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT)”.
El estudio realizado en la Universidad de Granada ha sido financiado en parte por la propia DGT a través de dos proyectos del Plan de Investigación 2014.