El granadino Manuel Liñán comenzó a bailar flamenco cuando estaba en el colegio, y desde entonces no ha parado. Con 34 años ha pisado los mejores escenarios de todo el mundo. Tras su paso por varias compañías, inició su carrera en solitario y empezó a dirigir, coreografiar e interpretar sus propios espectáculos, tres hasta el momento. En 2013 consiguió el Premio Max como mejor intérprete masculino de danza. En esa misma edición fue finalista como mejor coreógrafo.